Duelo por la pérdida de una mascota (YAGUI).

Compartir tu existencia con una mascota es una experiencia intensa y llena de amor. Ese animal se convierte en compañero de aventuras y está a tu lado a las duras y las maduras. Yo he sido afortunada pues en los momentos más duros  de mi vida estaba acompañada por mi querida gatita Yagui, que me ofrecía su amor incondicional y me sacaba una sonrisa con sus gatunadas. Ella, también era una superviviente, ya que pasó por varios momentos bastante delicados que supero porque no podía irse sin saber que yo estaba bien.

Ellos SUMAN Y SUMAN por muy poco, es normal que tras su pérdida nos quedemos desolados. Al enfermar Yagui, desde mi parte racional me iba repitiendo que un día u otro ella iba a morir, o como pasó, le tendríamos que practicar la eutanasia y es absurdo, porque por mucho que tu cabeza tenga el discurso preparado durante meses, es el corazón el que la ama con locura, y en los últimos momentos se rompe en mil pedazos. Quien tiene o ha tenido animales sabe que el vínculo va más allá de "Ser humano/mascota" hay momentos super mágicos en los que te sorprende el nivel de comprensión y empatía de tu mascota.

Yagui era una gata muy parlanchina que hacia casi cualquier cosa para hacerse entender. Tengo que decir a modo consuelo que ha sido una gata feliz y muy querida, ha tenido buena vida. La difícil ha sido recoger los rinconcitos que tenía repartidos por toda la casa, porque ella, era nuestra reina e intentamos en todo momento que estuviera cómoda y feliz. Dicen que poner límites a un gato es difícil, pero con Yagui era bastante sencillo, no era una gata problemática ni demasiado rebelde.  

A lo largo de mi vida, he tenido varios gatos todos diferente y con su propia personalidad. Puede que las circunstancias vividas los últimos años hayan generado un mayor apego con Yagui, pero es que ella, era la gata más amorosa que he tenido el placer de disfrutar. Sabía cuando necesitabas un mimo y te ofrecía abrazos sinceros con lametones sanadores.  En ocasiones te miraba como queriendo decir "Amita te amo, no estás sola", de verdad, pura dulzura. 
Los animales te enseñan a amar desde el alma por el simple hecho de amar. Son grandes maestros pues nos dejan grandes lecciones. 

Allí donde estés compañera querida, te llevo en mi corazón hoy triste por tu ausencia. 
                                                 TE AMO mi bailarina 
Hay un angelito gata en el cielo








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