ENTREVISTA: Una historia de vida. Susana Lozano, una luchadora sin tregua

Tener la oportunidad de hablar de manera profunda sobre la vida con otras mujeres me llena de vida y ganas de hacer más al respecto. Mujeres que comparten conmigo detalles íntimos de su vida y que tienen el valor de poder hacer pública su historia, me da esperanza de que algún día ese rol de la “mujer sacrificio” vaya cambiando. Hoy por hoy, la mujer es aún la que lleva el mayor peso de la familia desde los aspectos organizativos y la parte emocional.  Aunque por suerte, encontramos muchos hombres que participan de forma activa con las tareas de la casa y el cuidado de los niños, las mujeres no somos capaces de abandonar el rol de cuidadora que tan bien nos han inculcado, y en momentos como es un diagnóstico de cáncer, se hace muy difícil el poder pensar simplemente en lo que necesitamos nosotras. Observo también, que el amor hacia los hijos puede ser un arma de doble filo. Por un lado, ocupa el espacio para estar plenamente con una misma, y por otro, supone la fuerza para sobrellevar la enfermedad.
Hoy tenemos la historia de Susana Lozano, mujer de 40 años que reside en Badajoz (Extremadura), que después de ser diagnosticada de Síndrome de Lynch y ser intervenida de forma preventiva, nos cuenta su historia.

Así comienza...

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Susana Lozano en la puerta de su peluquería
Soy diagnosticada del Síndrome de Lynch. Antes del diagnóstico era una chica muy alegre, muy trabajadora. Como me decía mi padre, era una hormiguita. Pero siempre he tenido mucha ansiedad, depresión, he sido un poco susceptible a las cosas, a enfermar. Cuando me diagnosticaron el Síndrome de Lynch fue un palo. Estuve cerca de dos años que no era yo, que todo me daba miedo “Me voy a morir de cáncer”- pensaba.  La enfermedad viene de mi madre, que la heredó de mi abuelo. En la familia,  de tres hermanas, dos estamos diagnosticadas. Y lo cierto, es que después de operarme, no soy la misma.

¿Cómo se detectó el Síndrome de Lynch en tu familia?

Todo empezó por mi madre que a los 53 años, le diagnosticaron un cáncer de colon con metástasis en el hígado. Su hermana 10 años antes que ella, ya tuvo un cáncer de colon. Le dieron su quimio, le cortaron un cachito de tripa sin saber que éramos Síndrome de Lynch y a los 5 años, mi tía, volvió a recaer. Mi madre tras el diagnóstico murió en 1 mes como consecuencia de la metástasis hepática y mi tía murió al año siguiente. Así que, murieron las dos hermanas en menos de dos años. Al poco de morirse mi tía, a mi hermana con 33 años le diagnosticaron un cáncer de colon. La operaron. Le quitaron el colon entero. Le hicieron una colostomia y tuvo bolsita cerca de un año, junto su quimioterapia. Fue entonces cuando empezaron a pensar que éramos Síndrome de Lynch. Nos hicieron las pruebas y me diagnosticaron. Gracias a dios, mi operación fue preventiva porque no aguantaba las colonoscopias. Tenía pólipos muy pequeñitos y cuando me la hacían, lo pasaba muy mal porque tenía el colon muy estrecho. Me operaron preventivamente y me quitaron el intestino grueso, útero y ovarios.

¿Cómo lo llevaste?

Lo llevé fatal porque, sin tener nada, de un día para otro quitar todo, fue un poco duro. Gracias a dios me quedé mucho más tranquila porque reduces mucho el riesgo de sufrir un cáncer, pero los efectos secundarios de la operación son muy fuertes. Diarreas crónicas, te levantas por la noche con un insomnio fatal, cada dos por tres estás en el baño, tienes las heces ácidas y eso provoca fisuras en el ano, hemorroides, de todo un poco... La verdad es que la calidad de vida no es la misma, pero nada, a intentar pensar en positivo. Lo hice porque es un seguro de vida para lo que tenemos. Pero claro, no lo llevo muy bien, la verdad. Llevo 3 años luchando desde que estoy diagnosticada y necesito tratamiento psicológico, necesito medicarme porque me dan muchos ataques de ansiedad y de pánico. Pero bueno, ahí vamos de poquito a poco, viendo que más o menos nos vamos arreglando.

Cuéntame un poco sobre Susana antes de operarse.

Tuve una infancia un poco jodida, y cuando me tocó el Síndrome de Lynch pensé “Vaya, encima esto”. Cuando era pequeña me cayó amoniaco en un ojo y me quedé ciega, perdí un 100% de visión. Tengo mi ojo debajo de una lentilla de cristal que se pega. Esto me limita bastante. Tengo que descansar bastantes horas al día, y es muy molesto.
Y bueno... muchas cosas que me han pasado que no me han favorecido mucho. Me separé con 23 años con un niño de 8 meses, llevaba 1 año casada. Ha ido la cosa desgracia por desgracia y esto último, me ha matado. Aunque tengo mi pareja que me apoya mucho. Llevo con él 11 años y es una persona maravillosa, que entiende lo que me pasa en el día a día y me ayuda muchísimo. Es un tío super positivo (...). Por suerte, siempre he mirado el lado positivo. Pero pienso, “jolín, es que a lo largo de mi vida me han pasado muchas cosas” y creo que soy fuerte, aunque piense a veces que no es así.
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Peluquería de Susana

Y ahora...

Es una pena que con las dolencias que tenemos, que seas autónoma, peluquera. Me tiro 10 horas en la peluquería cada día. Con unos dolores musculares horrorosos, con un secador que te agobia, te ahoga y que digas ”que no hay nada para que puedas tener una vida más tranquila, una reducción de jornada, algo”. Las autónomas, nos llevamos la peor parte, pero yo realmente, necesitaría bajar el ritmo. Porque me siento tan agobiada y llego a casa, y no disfruto de la vida. Me acuesto, solo tengo ganas de estar acostada, no quiero que me hablen, porque estoy muerta de cansancio. La calidad de vida que te queda tras la intervención, no es la que tenías antes. Antes me comía el mundo, nunca estaba cansada, estaba siempre estupendamente. Claro, encontrarte  en un cuerpo que tiene ahora 40 años, cuando te quitan todo a los 37 y sientes que te han echado 10 años encima, que no eres capaz de hacer las cosas, que no puedes, y te ves impotente (...) Con esta menopausia y la intervención, a la hora del sexo, pues lo mismo. Te quitan el útero y los ovarios y no eres la misma persona. Tiene unos efectos muy malos. Te encuentras que tienes una pareja joven, tú eres joven y es muy difícil de tirar para arriba, porque por más que lo intentas, no lo consigues. Pero bueno, lo que digo, siempre mirando lo positivo, esto es un seguro de vida. Además, estamos muy revisadas, pero hay que concienciarse y la verdad, a mí aún me cuesta muchísimo. Espero que el día de mañana lo vaya viendo de otra manera.

¿Algún cambio en relación a la alimentación, planes de salud alternativos, etc.?

La dieta me la miro mucho, sigo las indicaciones de mi cirujano y el nutricionista. Aunque comencé con cosas suaves, ahora puedo comer de casi todo, aunque lo hago más suave. Lo único es que me encanta la verdura y sólo puedo comer una vez a la semana porque me suelta mucho. Intento comer lo que me sienta bien, pues no me sale a cuenta comer algo que me cae mal y estar todo el día mala. Por el tema de la menopausia, comencé a tomar pastillas naturales, como sabéis no podemos tomar nada de estrógenos por el riesgo de cáncer de mama y estuve dos años con lo natural, pero la verdad es que no noté mucho y las dejé de tomar, pues gastarse 39 euros al mes y que no notes nada...

Explícame en la actualidad ¿cuáles son las motivaciones de tu vida, qué te hace feliz?
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Susana Lozano
No todo es negativo en la vida. Desde que me he operado me he dado cuenta de que la vida hay que vivirla a tope, que hay cosas muy bonitas. La vida es para vivirla y no mirar para atrás. Por las mañanas me levanto, tengo sólo un niño, lo he criado yo sola y me ha costado mucho tirar para adelante. Es lo mejor que me ha pasado en mi vida, y por él me levanto todas las mañanas para que no le falte de nada, para verlo feliz. También también tengo a mi pareja que es una persona espectacular, que es un tío super positivo, que me ayuda si me caigo cincuenta veces. Siempre está ahí para todo, me hace racionalizar mucho, es como mi psiquiatra particular. Por otro lado, me gusta mucho la música. Cuando estoy mal de ánimos me pongo música y bailo. Me gusta la salsa, la danza del vientre. Siempre que puedo me apunto a bailar en alguna academia. Me encanta salir a bailar por ahí. Hacer cosas para sobrellevar lo mejor posible este tema y desconectar.

Desde aquí quiero dedicarle unas palabras a Susana, esta mujer cariñosa, fuerte y luchadora, que cada día se levanta a abrir su peluquería y echar para delante a su familia. Porque la vida a veces, no nos lo pone fácil pero en casos como este, queda demostrado que el espíritu femenino es tan grande y poderoso, que nos ayuda a seguir al son de la vida que nos toca bailar, poniendo la alegría de las notas de nuestro corazón en todo lo que hacemos, en el caso de Susana a ritmo de salsa, ¡Azúcaaaar!

Un abrazo belleza

Conchi Gil



Comentarios

  1. Yo conocí a Susana cuando empecé a estudiar auxiliar administrativo en el OSCUS y era (y seguro q lo seguirá siendo)la Alegría de la Huerta,una chica sistemática,buena,amable. Hace muchos años de aquello y no la he vuelto a ver pero lo deseo lo mejor,"se positiva,tira para adelante que lo malo se ha quedado atrás y tu puedes con todo".Muchos besos.

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  2. Yo también la conocí en OSCUS, pero estudiando peluquería y como bien se observa, siempre fue muy buena y simpática.
    Esta vida siempre hace sufrir a los que menos se lo merecen.
    Mucho ánimo y a vivir a tope!
    Te deseo lo mejor.

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