El milagro está dentro de ti

Hace unos meses opté por aprender a ayudar, a cuidar más de mi misma, por encima de esa tendencia que tengo de querer ayudar siempre a los demás. Por otro lado, necesito desconectar de esa vorágine que supone un diagnóstico que se alarga en el tiempo aunque de vez en cuando, no quita que me apetezca el poder compartir algunas de las reflexiones, aprendizajes que me acompañan en mi camino. Todas ellas basadas en mis creencias, mi experiencia más subjetiva.
Hoy, a través del whatsaap me ha llegado un mensaje que me ha hecho conectar con un momento que pasé hace unos cuantos meses, exactamente a principios del 2016 tras el diagnóstico de recidiva en el peritoneo. Momento en el que decidí optar por técnicas alternativas en la búsqueda de sanación y rechacé hacer los procedimientos médicos convencionales. Existimos muchas personas que no acabamos de ver los tratamientos de quimio y radio como los más favorables para conseguir que la enfermedad remita. Cuesta mucho a nivel psicológico el aceptar que para curarnos, debemos enfermar. Por eso, cuando te presentan posibles alternativas llenas de optimismo y hasta con cierta rebeldía, en mi caso, me lancé de cabeza pensando que la respuesta estaba en  algunas de las terapias en las que me sumergí, todas ellas menos intrusivas y con un discurso fuerte muy diferente al de los oncólogos, radiólogos o cirujanos, que siempre se curan en salud y hablan desde la estadística, como si tu vida se pudiera explicar mediante números y cifras. 
El primer aprendizaje que me ha llegado de esta experiencia, de esta difícil decisión, es que para quedarse al margen de lo convencional hay que estar muy seguro, creer plenamente en lo que vas a realizar y no dejarse llevar por la inercia del miedo. Yo fuí incapaz de salir de ese miedo que me empujaba a buscar una "falsa sensación de control" lo que me llevó a realizar más de un método terapeútico a la vez, con lo cual, nunca sabré si alguna cosa me fue bien y acabé sobrecargando a nivel vital mi cuerpo tanto, que la enfermedad surgió con más fuerza. Esos meses de renuncia al tratamiento convencional lo viví con mucho estrés, un ir y venir de una terapia a otra. Aunque no era consciente, el miedo, la inseguridad me obnubilaba y en el fondo, estaba dejando en manos de todos esos terapeutas mi propia salud. Buscaba "el milagro" fuera de mí. Es normal el buscar las soluciones siempre fuera, es lo que nos enseñan, pero hay momentos vitales que nos toca apechugar y ser responsables de cómo queremos vivir nuestra vida.
Ahora está muy de moda hablar de escucharse, de sinceridad, de conectarse con uno mismo, etc. y es muy necesario, pero ¿cómo se hace? Necesitamos hacer un trabajo de autoconocimiento increíble, y la enfermedad, puede ser la oportunidad que necesitamos para ello, aunque en muchas ocasiones, necesitaremos algo de ayuda. Pero también hay que tener cuidado con esos discursos excesivamente dogmáticos donde la persona es la responsable de sus gracias y desgracias, donde te marcan una manera de pensar, de comer, de sentir y que al escucharlos piensas : - Vale, está muy interesante, pero ¿si no consigo hacerlo de esa manera, acaso, moriré?. En mi caso y en relación, otro de los grandes aprendizajes que me ha mostrado mi proceso es cuanto necesitaba sentir que CONTROLABA. ¡Qué ilusa he sido! Ahora soy capaz de reírme con cariño de esas grandes barreras que por circunstancias desde pequeña me fuí creando y hoy en día, están obsoletas, ya no me sirven ni las necesito. En inicio me aferré a "discursos dogmáticos" que me ayudaban a tener cierta seguridad pero que a la vez, desde un nivel de alta autoexigencia,  me hacían sentir mucha carga, vivirlo con gran responsabilidad, pues dentro de mi inseguridad sentía que si no hacía las cosas bien, quizás, no sería capaz de sanar, y eso estresa mucho.  Discursos, terapias hay tantos como personas, lo mismo que maneras de vivir nuestro proceso vital. Así que disponemos de herramientas donde sentirnos arropados pero siempre que las realicemos desde el corazón.  Para mí, este descubrimiento ha sido revelador, pues dentro que una es cómo es y de la noche  a la mañana no podemos cambiarlo todo, el darse espacio real para conocerse y comprenderse es tan necesario como sanar. Pero por favor, a nuestro ritmo...y si no es en esta vida, será en la siguiente. Confianza, confianza, confianza. ¿Fácil, eh?
Después de ese proceso de caos emocional y de enfermedad al límite, hubo algo que hizo "clic" dentro de mi. Entendí, que en mi caso, (y no significa que sea para todos igual), lo importante es confiar y dejarme fluir. Situarme al otro lado del control, que como sabemos, en los momentos de mayor incertidumbre se asoma a menudo a saludar. Ahora lo veo y me digo: - Bueno Conchi, ahí está tu compañero protector. Lo cojo de la mano y lo dejo ir, pues he tomado la decisión de sentir la vida tal y como es, aceptando lo que llega, en ocasiones con ciertas contradicciones, porque en el fondo eso es para mi vivir, el no ser perfecta (lo que me ha costado llegar hasta aquí... jajaja), el aceptar mi vulnerabilidad pero también mis fortalezas. 
En estos momentos, acabo de terminar una tanda de quimio y radio. Después de mi experiencia y siendo sincera conmigo misma, me sentí incapaz de no seguir el protocolo convencional, pues me crea mucha inseguridad. Alguien me dijo que dentro de 200 años nos reiremos de las barbaridades que vivimos hoy en día con el tema cáncer pero que me había tocado nacer en esta época y es en cierta manera, lo que me ha tocado vivir y aprender de ello. Sigo ayudándome de alguna terapia alternativa, lo cual pienso es muy necesario y cada uno, dentro del enorme abanico disponible debe orientar según crea y necesite, pero en mi caso, nada de sobrecargar el cuerpo de técnicas en búsqueda del "milagro" pues pienso que esa capacidad la tenemos dentro de nosotros y puede que en el camino, encontremos la tecla que nos ayude a potenciarla (capacidad de sanar) de la manera más natural y sobretodo sincera. Como he mencionado, lo que siento desde el corazón es una necesidad de armonía, equilibrio, la búsqueda de paz interior mediante la confianza de que lo que ocurre, siempre es lo mejor que te puede pasar y lo que tenga que estar en tu vida, llegará. Desde mi punto de vista, si quiero conseguir esa tranquilidad, pienso que las cosas no deben ser tan complicadas, todo es más sencillo, más natural. Ahí estoy ahora, aprendiendo a disfrutar y a aceptar desde el cariño.
Jo, cuanto peso me he quitado de encima. 

Un fuerte abrazo
Conchi Gil

Cualquier texto está basado en mi experiencia personal, todos ellos, están basados en opiniones subjetivas. Escribo en primer lugar,  porque me libera el alma inquieta que la vida me ha dado. 

Comentarios

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por tus comentarios!

Publicaciones más vistas

ENTREVISTA Una historia de vida: Chus, una gallega con muchas ganas de vivir

ENTREVISTA: Una historia de vida. Susana Lozano, una luchadora sin tregua

ENTREVISTA Una historia de vida: Vanessa Fornieles, la alegría de la superación