Hablemos de Sexualidad femenina

Conchi Gil

Mi nombre es Conchi, tengo 44 años, operada de cáncer de útero y ovarios de forma radical. En inicio tratamiento de quimio, radio y braquiterapia vaginal. Recidiva con lo que me sometí a un segundo tratamiento de quimio y una segunda operación llamada Hipec. Como consecuencia entre otras cosas, mi vagina está atrofiada y poco elástica con lo que en estos momentos me dificulta poder tener una relación sexual con penetración pues no me cabe más del diámetro de mi dedo índice y aún así, luego tengo un enorme escozor al ir a orinar. Siempre he sido muy consciente de mi propia sexualidad, se lo que me gusta y por suerte,  sigo disfrutando de relaciones placenteras y llenas de orgasmos, con mi pareja o a solas. Que nuestra vagina no esté dispuesta, no significa que no podamos disfrutar y tampoco que nunca podamos volver a tener penetración, sino que hay que pasar por un proceso lento, de aceptación a los cambios, de autoconocimiento y acciones que nos ayuden a mejorar cada día un poquito más. El tema psicoemocional y cómo enfocamos nuestras relaciones será también clave para sobrellevar esta nueva forma de vivir la sexualidad, que nada tiene que ver con la renuncia y mucho con quererse y como he dicho, conocerse. 

Tras histerectomías radicales, ya sean por erradicar enfermedad o por prevención, el cuerpo de una mujer, se SIENTE muy diferente. Todo el mundo sabe los efectos de la menopausia pero al ser inducida de manera precoz, se nota más, mucho más. Ya no hablamos de sofocos, ni de una disminución de la líbido sexual, sino de sentirte extraña, desubicada. Después de una o varias tandas de quimioterapia, radio y tratamientos diversos, hay mucho de qué hablar, amigas. 

Se entiende que en caso de vida o muerte los efectos secundarios quedan en un segundo plano, pero una vez comienzas a intentar recuperar tu vida, la deseada NORMALIDAD, inicias un proceso de autoconocimiento entre el cual, no se puede excluir nuestra SEXUALIDAD. 

En las consultas de oncólogos, cirujanos, radiólogos, pocas soluciones te dan para los problemas derivados de los diversos procesos en los que te ves sumergida y afectan a tu aparato sexual. Algunos profesionales durante las repetidas visitas te preguntan que tal van tus relaciones sexuales, en la mayoría de los casos son nulas (vistas desde la idea de sexo con penetración) dadas las molestias y hasta la imposibilidad de introducir algo en la vagina sin que sea doloroso, en ocasiones muy doloroso. Te recomiendan algunas cremas y hasta un dilatador, y a quién no le han dicho eso de..."Muchacha, tienes pareja, pues a hacerlo cada día hasta que se dilate y te deje de doler..." Y en este caso, desde mi punto de vista, es criminal. Primero porque nadie te habla del placer, siendo la base del disfrute y motivación por el cual buscamos tener sexo, está claro que después de la histerectomía la idea del sexo para concebir hijos queda fuera de la ecuación, pero parece que el sexo está entendido como siempre, con el objetivo de llegar a la penetración, sino, parece que no tengas sexualidad y esa idea, hace mucho daño, pues es excluyente y muy sesgada. Es aquí, mis niñas, que tenemos que romper estos patrones mediante el autoconocimiento, la curiosidad y la NO RENUNCIA AL PLACER. 

A continuación nombro algunas de las consecuencias que nos podemos encontrar:

La falta de lubricación se puede sustituir con buenísimos geles lubricantes e hidratantes que habrá que aplicarse de forma constante si queremos mejorar la sensación de sequedad, disminuir picores y escozor. Las personas que aún mantenéis el útero, sabed que con cada orgasmo ayudaréis a lubricar vuestra vagina. Yo he descubierto, aunque no tengo útero que el tener orgasmos hace que mi vagina se relaje y no tengo tantos picores ni escozor. Así que chicas, es gratis y muy natural. 

En la falta de libido es importante poner de nuestra parte y comenzar a estimular clítoris e inicio de la vagina como si de un entreno o un juego se tratase, el AUTOCONOCIMIENTO nos dará herramientas poderosas para poder disfrutar de una SEXUALIDAD PLACENTERA y la continuidad ayudará a estar más receptivas. 

Haciendo un pequeño paréntesis quiero destacar la falta de comunicación que existe entre las mujeres respecto a su verdadera sexualidad, aún existen muchos tabúes que en nuestro caso y creo que en cualquiera,  es fundamental romper. 

"Querida que lees estas líneas, una buena terapia es aprender a compartir con otras mujeres tus inquietudes, tus dudas sobre este tema que aún parece tabú. No tengas vergüenza y habla con tus amigas de confianza cómo te sientes, comparte con ellas tus inseguridades, tus inquietudes, verás que lo que te pasa es más común de lo que piensas, aunque en el caso de la atrofia y falta de elasticidad de la vagina te haga sentir diferente, en temas de placer, todas con ciertos matices, somos muy parecidas. En estos casos extremos, el dolor que provoca cualquier intento de penetración sin estar preparada, hace que se cree un rechazo automático hacia el sexo, como he dicho, siempre que lo veamos con la finalidad de penetración, así que explora tu cuerpo con cariño y paciencia, ábrete a las posibilidades pues son infinitas." 

Para mejorar la atrofia y falta de flexibilidad vaginal ante casos de imposibilidad total, lo mejor es ir a fisioterapia. Si insistes en tu médico, en la seguridad social existe el servicio de suelo pélvico, hay bastante lista de espera pero es interesante. Yo durante un tiempo estuve yendo a una fisioterapeuta  privada especializada en ginecología y la verdad es que me fue muy bien, ahora debido al parón por la recidiva, me vuelvo a encontrar con imposibilidad de penetración, y poco a poco voy entrenando mi vagina sin prisa. Es muy importante como voy diciendo en todo el escrito, no centrar nuestra sexualidad en la penetración y buscar ayuda, pues existen opciones. El ir introduciendo dilatadores acordes al momento e ir aumentando el tamaño según veamos mejoría, ayuda a mantener la musculatura activa. Es importante tomárselo como un entreno, ser constante y tener continuidad. Busca siempre ese momento donde puedas estar tranquila aunque sean 5 minutos. Nuestro estado emocional influye mucho, el intentar hacer este tipo de ejercicios con estrés, los resultados serán menores y la sensación más desagradable, así que comencemos a poner amor a todo lo que hagamos, en ocasiones, menos es más siempre que sea de calidad. Tú te lo mereces todo ¿verdad?

A continuación os paso una práctica que descubrí hace muy poquito, todo lo que comparto aquí, está basado en mi propia experiencia y en reflexiones a las que he llegado hablando con otras mujeres.

Descubriendo nuestro cuerpo físico: acariciarse con conciencia

Algo que he practicado y siempre me sorprende es el dedicarme un espacio en un lugar tranquilo de la casa, me pongo una velita, música relajante y en una postura cómoda, cierro los ojos, respiro varias veces hasta que noto como bajan mis biorritmos y cuando estoy tranquila, comienzo a acariciar mis brazos, mis piernas, mis pechos, mi cara, el orden y donde es indiferente, según me apetece... Lo hago, poniendo toda mi atención a lo que siento, dónde y cómo me gusta más, mis manos se convierten en un instrumento increíble, en esos momentos me descubro a través del tacto y siento que estoy viva, además de un enorme amor hacia mi. La primera vez que lo hice, flipé, pues nunca me había sentido a mi misma con tanto cariño, le dí las gracias a mi cuerpo por seguir receptivo y me dí cuenta que en cuestiones de caricias, siempre esperamos que vengan de fuera, es decir, que nos las hagan otros, ya sea nuestra pareja o un masajista, etc. ¿Y por qué no autoacariciarnos? Esta práctica nos ayudará a conocer nuestro placer, saber lo que nos gusta, descubrir que siempre no nos gusta lo mismo y aceptarlo, abre posibilidades. Del mismo modo, nos ayudará a poder comunicarle a nuestra pareja que es lo que necesitamos y también, nos hará ser más complacientes con él /ella, pues todo lo que experimentes contigo, lo podrás volcar en él/ella.

Hasta aquí mi primera reflexión sobre sexualidad y placer. En caso que te apetezca, te invito a dejar un comentario.

Un abrazo,

Conchi Gil