PROCESO VITAL DURÍSIMO




Desde noviembre sospechábamos que algo pasaba. Unos marcadores altísimos aunque con una prueba de imagen poco concluyente. Pruebas y más pruebas. Dudas y más dudas sobre las opciones convencionales. Descubrimientos de otras posibles alternativas. Energía a tope con buenas sensaciones. Acciones meditadas con esperanza asustadiza. Surgen nuevas dudas sobre el camino a seguir. En junio, comienzan las molestias. Un fuerte dolor en la pierna izquierda que parece ciática. En unos días, se me hincha la pancha de forma increíble. Casi no puedo respirar, casi no puedo comer. 
En menos de 15 días, mi cuerpo comienza a mostrar algunos de los duros síntomas que muestra la evolución de la enfermedad.
Cuando en cuestión de pocos días, con lo bien que te sentías, resulta que no puedes andar porque sin saberlo se te ha hecho una trombosis en la pierna que provoca un dolor intenso y confundes con ciática, pero es consecuencia de la ascitis abdominal que te impide el moverte con naturalidad, te impide respirar plenamente y debido a la hinchazón, se te ha ido el apetito y tu cuerpo no se ve con la capacidad de ingerir lo que necesita. En 3 semanas pierdes 7 kilos. Te miras en el espejo y no te reconoces. La energía te baja a un nivel desconocido y no tienes fuerzas, no tienes ánimos. Hubo un momento que pensé que era mi final, pensaba que iba a morir. Todo era tan rápido...mi cuerpo se había deteriorado tanto que un poco más y, adiós. 
La situación nos lleva a retomar el proceso desde la propuesta convencional. Comenzar quimioterapia. 
Tomo decisiones y dejo las terapias que hasta el momento he estado realizando y visto la evolución, ya habían tocado techo. Si voy a comenzar quimioterapia, quería acompañar este proceso con alguna técnica que sirva de apoyo y mejore los resultados de la misma. 
Comenzar el tratamiento desde un estado vital muy bajo, da mucho miedo. Piensas que tu cuerpo no lo pueda soportar y todo se precipite aún más. Comienzas y esos primeros días son muy duros. Todo se acentúa. La hinchazón abdominal, la acumulación de gases, las náuseas y falta de apetito, el cansancio. Por suerte, cada día comes un poquitín más y eso te va aportando un poco más de energía. Y poco a poco, tu cuerpo va resurgiendo de ese estado complicado y fuera de lo que un ser puede aceptar. 
Llega la visita a la oncóloga para que te confirme si puedes seguir con el tratamiento y si está haciendo algún efecto positivo. Ya llevas 5 paracentesis (sacar la ascitis abdominal), una por semana donde parece que sigues un patrón de acumulación de 5 litros. Llegas al domingo como una bota llena de líquido deseando que llegue el lunes y le den un poco de espacio a tu cavidad abdominal y todos los órganos afectados. Cuando te sientas delante de la doctora en el fondo tienes miedo. Cada paso es importante y necesitas donde poder agarrarte. En primer lugar, nos dice que podré seguir con el tratamiento y eso nos hace coger aire profundo, es como decir que tu cuerpo sigue siendo un campeón y está dando todo lo que puede de sí. En segundo lugar, me pasa la analítica impresa y lo primero que puedo ver es una bajada sustancial del famoso marcador alterado. Con una sola sesión, ha descendido de 1600 a 480, increíble. Hay que decir que hemos acompañado el tratamiento con otras técnicas alternativas: dosis altas de vitamina c endovenoso, papimi, oxicur y oncothermia, además de complementación natural. La cuestión es que en la primera sesión ya hemos visto buenos resultados y eso, anima. 
Llega la segunda sesión de quimioterapia y vivimos esos difíciles días de náuseas, cansancio y molestias abdominales debido a un acusado estreñimiento que no favorece nada. A favor, increíble descenso de la acumulación de líquido abdominal. Hemos pasado de 5 litros a 2 litros. Eso es un cambio muy positivo, puede que en pocos días deje de acumular y es muy buen síntoma. Ahora mismo peso 43 kilos, con lo que también me animo pues significa que no he perdido más peso y hasta que hemos ganado algo, que ya falta nos hace. 
Todo parece que está tirando de manera positiva y ahora, es a lo que nos podemos agarrar. Sigo cansada y con molestias abdominales que me impiden moverme con naturalidad, pero mucho más receptiva y con muchas más ganas de hacer cosas, cuestión que también me crea mis contradicciones, pues una tiene un espíritu grande y fuerte y ahora su cuerpecito, necesita ir a otro ritmo, un día está más receptivo y otro necesita descanso total. 
Me ha acostado mucho aceptar esta situación. Emocionalmente, es muy complicado el pasar de "estar bien" a una situación física límite donde todas tus fortalezas se tambalean.  Realmente ahora, lo único que me consuela es saber que solo existe el presente y es en el tengo que vivir, no hay otro. En estas situaciones, no se puede proyectar al futuro ni vivir en el pasado pensando lo bien que estabas hace un año, aunque a veces la nostalgia no te deja y se asoma con recuerdos de lo mucho que has vivido y lo bien que lo has pasado. Por otro lado, a nivel emocional estamos tan removidos que salen mil sentimientos (que también estamos trabajando en terapia) que ya no saben si son de ahora o acumulados desde hace muchos años, pero ahí están y tienen que salir. 
Decir que este proceso es duro, pero también te muestra tantas cosas de tu propia vida que de otra manera, seguramente, ni sería consciente. 
Quiero dar gracias a la vida, que me sigue allí donde voy. 

Conchi Gil

Comentarios

  1. animo,animo y mas animo tienes tanta fuerza como lo grande que nos has enseñado que eres tu un besazo

    ResponderEliminar
  2. Fuerza conchi ���� Eres una campeona ��

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por tus comentarios!

Publicaciones más vistas

ENTREVISTA Una historia de vida: Chus, una gallega con muchas ganas de vivir

ENTREVISTA: Una historia de vida. Susana Lozano, una luchadora sin tregua

ENTREVISTA Una historia de vida: Vanessa Fornieles, la alegría de la superación