ACEPTANDO LA RECIDIVA: Reflexiones y emociones de esta nueva situación.

Desde hace unos meses que estoy sumergida en una recidiva en el peritoneo. La ubicación, el tipo y el ser una recidiva lo pinta difícil.
En un principio, ante las opciones limitadas de la medicina convencional y como me encontraba realmente bien, me ví con fuerzas de sumergirme en la búsqueda de opciones alternativas. En esta búsqueda he descubierto la de maneras que existen de poder sanar, muchísimas y muy variopintas, lo realmente complicado es encontrar la tuya, la que te funciona y te da esa seguridad que en un proceso como el mío es vital. Mi seguridad se nutría de la evolución bastante buena, lenta y con pocos  cambios y de mi estado físico. Como he dicho, me encontraba muy bien, a pesar de adelgazar un poco, tenía vida completamente normal. Un buen nivel de energía y de ánimo, buen aspecto, podía ir a entrenar y realizar actividades deportivas a mi ritmo, etc. Estuve así, hasta principios de abril, que fue cuando me confirmaron a través de una laparoscopia que tenía carcinomatosis peritoneal y era urgente comenzar tratamiento de quimioterapia. Tratamiento que ya había realizado y que pensé no había hecho su función preventiva, porque sino ¿qué "coño" hacía yo de nuevo así?.  Así que me puse manos a la obra (como siempre tan proactiva) y me creé una estrategia que podría funcionar. Una mezcla entre, biomagnetismo médico, hipertermia local y general acompañado de una quimioterapia llamada metronómica que es menos agresiva pero que en ocasiones funciona muy bien, además de la ingesta de complementos varios y una dieta cercana a la cetogénica. Suena bien, verdad? Pues lo cierto, es que ahora me doy cuenta, que en fondo me agarré a tantas cosas porque tenía muchísimo miedo a perder el control. Cuando la ironía es que en ningún  momento lo tenemos. Me creé un plan que pudiera suplir la seguridad que te ofrece la estructura convencional. Pues para salir de ahí, la mayoría lo hacemos cuando ya no nos dan alternativa, pero yo decidí aparcar el tratamiento oficial y probar otras cosas. Me he dado cuenta que hay que estar muy segura y no hacer las cosas a medias tintas. Sí tomamos una decisión tan importante hay que ser realmente sincero con uno mismo, desde el corazón y no tanto desde la mente. En esos dos meses de experimento, no fuí capaz de dejarme llevar y centro de mí fuí sintiendo que algo no iba demasiado bien. Comencé a sentirme mucho más agotada, perdí algo más de peso, a tener dolores musculares y algunas molestias abdominales que iban en incremento. Por primera vez, mi analítica empezó a salir bastante rarita. Hasta el momento, porque me salían los marcadores altos, que sino, el resto estaba bastante correcto. 
En pocas semanas mi cuerpo ha pegado un cambio en bajón increíble. Comencé con un fuerte dolor en una pierna que pensamos era ciática y ahora se que era una trombosis profunda en la femoral. A los pocos días, se me hinchó alarmantemente la barriguita y eso me imposibilito por completo. No podía respirar, ni casi comer y en cualquier postura estaba incómoda. Ante el aumento de la inflamación de mi peritoneo, comenzaron a funcionar mal los intestinos apretujados que se me llenan de gases que cuestan de salir por falta de movilidad, unida a la creación de ascitis que según se va acumulando, aumenta la presión de una manera increíble. 
Cuando me diagnosticaron pesaba 60 kg con un poco de sobrepeso, después de la operación me quedé en 48kg. Tras los tratamientos fuí recuperando masa muscular y llegué a 51kg. En los últimos meses volví a bajar entre los 48 y los 49 kg, hasta este último mes de parón total unido a todas las dificultades que he bajado a 43kg. 
Ahora, esa es la palabra clave. Todo el mundo te dice "vive el ahora" y lo cierto es que este momento, tan intenso de realidad cruda, ha descubierto en mi, mil sentimientos ocultos, mil percepciones escondidas que estaban esperando salir. 
Soy consciente que en todo el proceso, hasta en el momento de decirme que todo estaba bien, he tenido miedo. Miedo precisamente a lo que ahora estoy viviendo.
En estas últimas semanas por primera vez en mi vida he sentido la desesperanza, el verme al límite en una experiencia de todo menos sencilla. Sí tu cuerpo no tira, está dolorido, te impide disfrutar de cosas tan necesarias como alimentarte, tu mente se noquea y tus emociones se enturbian sacando lo más oscuro que existe dentro de ti. Te dejas poseer por un cansancio que ya no sabes si es actual, o seguramente, lo tuvieras ahí escondido desde hace años y años, y va el tío y le da por salir ahora, claro está, cuando tienes la guardia bajada después de funcionar siempre a la defensiva. Desconocía esa faceta mía, tristemente cansada. Muchos años de lucha contra fantasmas que siempre acaban asomando la cabeza. Y el primer paso es verlos para aceptarlos, para sanar emociones que de manera inconsciente, empujan a mi cuerpo hacia el precipicio. Ahí estoy, yo, mi cuerpecito y mis emociones siempre intensas, intentando vivir el ahora de la mejor manera, lo mejor que puedo. 
Tocar fondo, a parte de dar un miedo terrible, me hizo plantearme que ya había probado bastante. Según la oncóloga, aunque ha avanzado la enfermedad pues estoy hecha caca, la quimioterapia seguía siendo una opción, así que ante tantas molestias físicas, en la esperanza de que puedan remitir y por lo menos comenzar a comer sin tantos problemas, esta semana comencé el tratamiento.  Lo estoy apoyando con medicina natural, aunque ahora tengo dificultad para poder ingerir el millón de cosas que me han dado, pues mi prioridad es nutrirme, que falta me hace y no hincharme de pastilla y polvos que me quitan el poco apetito que tengo. 
Sorprendentemente, el primer día tras la primera sesión de quimioterapia sentí una de nuevo una energía y una ganas de vivir que se habían ocultado tras el miedo y el dolor. Hoy llevo dos días bastante fastidiada, pues la unión de tratamiento y mis propias dolencias, lo hace difícil de llevar. Hinchazón, gases, cansancio, náuseas y hasta vómitos que afectan a mis emociones de forma absoluta. Mi ahora es un tío vivo entre el cansancio asustado y la idea de que es un proceso que pasará por muy duro que sea.En mis mejores pensamientos, me sigo viendo corriendo, con esa energía linda que se que tengo. Me sigo viendo disfrutando de la vida, como en muchas ocasiones he hecho con una enorme sonrisa que yo no sabía que ocultaba tanto detrás. 
En este post me gustaría ser capaz de expresar plenamente qué siento, sin crear alarma, con la naturalidad de algo que sucede como parte del camino de una persona. Lo cierto, es que son tantas las emociones, las contradicciones que se apoderan de mi cuerpo, de corazón solo puedo decir, increíblemente intenso, casi desbordante. A veces pienso que existe la clara posibilidad de que muera y ante esta idea, me habla el miedo y dice que si es así, que por favor, sea rápido. Luego a lo que como algo y no vomito y puedo estar tranquilita tumbada en el sofá, siento que solo es cuestión de paciencia, relax, y como dice una amiga mia, respirar. -Pide al universo, pues lo que te llegue, es lo mejor que te podía pasar- me repite una y otra vez. No hace falta que hagas nada, sólo encomendarte a tu propio destino- me dice a mí, alguien que para sobrevivir ha tenido que tener siempre la falsa de sensación de control. Y sí, tiene toda la razón, no tendría que hacer falta llegar hasta aquí para darnos cuenta de eso. Todo debería ser mucho más sencillo pero no nos enseñan a hacerlo fácil. 






Comentarios

  1. Conchi...mi Conchi!...cierto que todo es mucho más fácil, y que difícil darse cuenta de ello, porque como bien dices, nos han educado en el apego, en la limitación, en el miedo, en la necesidad de control. Y todo ello tan grabado "a fuego" que nos pasamos la vida buscando herramientas para superarlo. Entonces encontramos a nuestro alcance tantas herramientas que queremos usarlas todas, porque tenemos ansias de ser nosotros mismos y lo queremos "ya". Y a veces, tener tantas herramientas, más que ayudar a desnudarnos, a encontrarnos, nos pierden en una construcción donde pensamos que hemos conseguido, lo que en realidad no hemos conseguido. Ojalá...de verdad...ojalá...algo cambie para que podamos educar a las nuevas generaciones a volar, a ser libres en todos los sentidos y mostrarse sin miedos en todo su esplendor. Mientras tanto...seguimos haciendo camino como mejor podemos y sabemos. Un abrazo con todo el Amor!!!

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