COSAS QUE AYUDAN A SOBRELLEVAR UN DIAGNÓSTICO DE CÁNCER

Los diagnósticos de cáncer caen como un jarro de agua fría. De repente pasas de ser una persona sana a tener eso de que tanto se habla y da tanto miedo. La primera pregunta que surge es ¿Por qué a mí? mientras intentas gestionar la incertidumbre y el miedo que se te ha pegado a tu cuerpo y será compañero constante en el camino. 
Mi primer diagnóstico en el inicio, lo viví con mucho miedo. Mientras el cirujano me iba explicando las opciones era como si no quisiera escucharle, solo quería que me quitaran el "bicho" cuanto antes y nada más. La palabra muerte nublaba mi mente. Por suerte en pocos días reaccioné y me puse las pilas, comencé a buscar recursos que me ayudaron pero, aunque en mi primer proceso todo fué sobre ruedas dentro de lo que cabe, no podía quitarme de encima el miedo a una recidiva. Curiosamente, llega el día que tus miedos se hacen realidad y te dicen que tus pruebas no van bien, y es ahí, cuando te das cuenta que de cierta manera, has perdido un tiempo muy valioso viviendo a medias debido a esa sensación de miedo constante, y es entonces cuando tu cuerpo, tu mente y tus emociones hacen ese "clic" que tanto necesitas y empiezas a tomar las riendas de tu vida de forma más consciente y con una fuerza que te sorprende y te llena de calma. 
He elaborado una pequeña lista fruto de las muchas reflexiones que voy haciendo en este nuevo periodo. En primer lugar, la he hecho por pura necesidad propia y al verla terminada, he pensado, como me pasa a menudo, que quizás pueda ser de gran ayuda para quienes están dentro de ese momento intenso y de cambio en la vida. 

  • Deja que fluyan tus emociones. Vivir dentro de una montaña rusa emocional es lo más normal del mundo ante un proceso de diagnóstico de cáncer. Así que, no te reprimas y deja que fluyan tus emociones con naturalidad. No hace falta hacerse la valiente, no tienes porque comportante de manera ejemplar, ni sumergirte en un falso positivismo que puede ahogar emociones que son saludables que salgan. Pide que ante tus lágrimas te dejen llorar. Es muy habitual que tus amigos y familiares ante un llanto espontáneo ante su propia imposibilidad de soportar el dolor de verte sufrir y con toda la buena intención, te digan que no llores, o te hagan bromas para mitigar tus lágrimas, cortando ese llanto liberador. En esas situaciones, diles que simplemente te abracen y te acompañen, que soltar es bueno para ti. Darse espacios en soledad para conectarse con las emociones y liberarlas, también es un buen recurso que nos puede dar muchas pistas de qué necesitamos. Otra cosa importante a tener en cuenta es que, liberar y expresar es bueno sea la emoción que sea, pero regodearse en un sentimiento demasiado a largo plazo tampoco es la solución, así que dejemos que la emoción surja y si se convierte en un factor condicionante en nuestra vida, busca recursos para gestionarla. 
  • Pide ayuda. Muchas veces nos podemos sentir solos, incomprendidos, pero la verdad es que existen muchos canales que nos pueden ser de ayuda, ya sea a través de amigos o familiares y en la mayoría de las ocasiones, es más fácil con profesionales o organizaciones especializadas donde no nos conocen y disponen de los recursos para ayudarnos. Así que, no te sientas sola, pues ante ti hay un montón de opciones, solo debes buscar las más adecuadas según tus necesidades, situación y personalidad. 
  • Busca alternativas. Como anunciaba en el anterior punto, existen un montón de opciones a parte de las convencionales que pueden ayudarnos a sobrellevar mucho mejor todo el proceso. Ya sea al pasar por quimio, radio o cirugía, puedes echar mano de ayudas complementarias que te faciliten y atenúen los dichosos efectos nocivos que acompañan normalmente estos tratamientos. Dentro del mercado, puedes encontrar un largo listado de terapias alternativas que realmente funcionan. Yo por mi parte he probado terapias energéticas como el reiki, el chikung; en dieta y complementación la psicoinmunología y la kinesiología holística; a nivel emocional he asistido a biodescodificación y coaching wingwave; relacionado con patógenos y virus, el biomagnetismo médico, muy interesante. Lo importante es que hagas lo que hagas, resuenen con tu forma de vida y que elijas a profesionales serios y preparados con experiencia en procesos cancerígenos. No hay que olvidar, que el cáncer es un proceso multicausal. Contemplar solo la parte fisiológica, creo que no es suficiente para sanar. Asimismo, el hecho de disponer de otras opciones, te dará fuerza y optimismo al sentir que eres elemento partícipe importante en el proceso hacia la sanación. 
  • Sigue haciendo o incorpora actividades que te motiven. Siempre que el cuerpo te lo permita, mantente activa. No dejes que el diagnóstico paralice por completo tu vida. Si te gustaba ir a bailar, a pasear, realizar ejercicio físico ¿por qué dejarlo?. He vivido en mi piel todo el proceso y soy consciente de que hay momentos que lo único que te pide el cuerpo es descanso, pero también descubrí que si me mantenía activa adaptando las actividades que me gustan a mi nueva situación, aprendiendo a escuchar mi cuerpo y conocer sus límites, lo llevaba todo mucho mejor. Por otro lado, descubrí muchas actividades nuevas como por ejemplo, arreglar y pintar muebles, hacer manualidades, volver a escribir, leer sin prisas, etc. Aproveché el parón para hacer pequeños cambios en casa y deshacerme de viejas cosas que ya no necesitaba. Existe la opción de vivir esta situación como una oportunidad para realizar las cosas que antes no podías hacer y con ello, mejorar tu estado de ánimo y a su vez, tu salud. 
  • Coge las riendas de tu vida. Elige lo que quieres hacer y cómo lo quieres hacer. Ante un diagnóstico de este tipo, solemos dejar nuestra salud completamente en manos de los médicos. Es extraño que contradigamos sus sugerencias pues ellos, son los que saben. Parece que decidan lo que decidan, siempre tendrán la razón pues tienen de su lado las evidencias científicas. Da igual que la mayoría sean un desastre comunicando pronósticos basados en datos estadísticos que muchas veces provocan en ti, una sensación de que se han olvidado de que eres una persona y has pasado de ser "Pepita X" a unos meses de esperanza de vida, eso sí, siempre que sigas su protocolo sin rechistar, pues de lo contrario, morirás en poco tiempo. En ningún momento dudo de que dentro de las herramientas que disponen, su objetivo es ayudarte y que vivas el máximo tiempo posible, pero ¿de qué manera? Eso, muchas veces es un misterio. Por otro lado, cuando empiezas a conocer desde dentro el tinglado de la estructura médica y farmacéutica, ves que normalmente, tu oncólogo, está muy limitado y aunque conozca nuevos estudios o medicamentos que quizás te puedan ir mucho mejor, si el hospital dice que no hay presupuesto, va a ser que no. Para ellos, también es frustrante. Desde el momento que comenzaron a decir que podía tener una recidiva, me dí cuenta de que o cambiaba mi manera de comunicarme con mis médicos y exponía lo que opinaba en relación a mi proceso: pruebas, intervenciones, diagnósticos y les hacía llegar mis límites y dudas, o no iba a funcionar, pues estaba muy cansada de sentirme fuera de mi proceso y en cierta manera, de mi vida. Sorprendentemente, al cambiar yo, cambiaron ellos y en la actualidad, tienen mucho más en cuenta mi opinión y forma de pensar. Hemos mejorado mucho la comunicación y hasta comparten conmigo cierta informaciones que anteriormente, no contemplaban. Aunque no nos lo creamos, dentro de la medicina convencional hay opciones de cómo hacer las cosas, y somos nosotros los que ponemos los límites y elegimos, cómo queremos vivir el resto de nuestra vida.
    Por ello, escucha a tu corazón y pregúntale qué es lo que quieres y cómo lo quieres, el ser sincera contigo misma y exponerlo desde el cariño, te dará un poder increíble. Los médicos no dejan de ser personas que saben mucho, pero personas, y no está de más, que les recuerdes dentro del agradecimiento, que tu vida es tuya. Pon fin a las estadísticas e inicia un diálogo hacia la búsqueda entre ambos, de oportunidades. No dejes que el discurso médico te paralice. Busca oportunidades, pide oportunidades. 
  • Mímate todo lo que puedas. Ahora es el momento que la vida te da para darte ese espacio que de otra manera, seguramente, no lo hubieras hecho. Así que, aprovecha esta oportunidad para cuidarte más que nunca, para darte esas cositas que por una u otra excusa, nunca hacías (alimentación saludable, masajes, estética, baños eternos, ponerte guapa cada día). Date ese espacio para reconectar contigo misma y verás lo bien que te sientes al cuidarte con consciencia y cariño. 
  • Rodéate de personas positivas y con buena onda. Disponer de un círculo de personas que te llenen de alegría, de vida y amor, es fundamental en momentos como estos, bueno, en realidad siempre. Es importante saber elegir quien suma y aprender a relacionarnos de forma saludable. Intenta evitar las personas que por lo contrario sientas que restan, pues siempre las hay. Es un buen momento para analizar nuestra vida social y observar de qué manera nos relacionamos con los demás, qué roles hemos adoptado y si nos son beneficiosos o por lo contrario, es el momento de hacer algún cambio al respecto. Únete a gente que te de energía, te inspire y motive. 
  • Siempre podemos elegir, y elijas lo que elijas siempre desde el amor. Aunque nos parezca que no podemos elegir pues en muchas ocasiones se vive un diagnóstico de cáncer como fruto de la mala suerte, yo estoy convencida de que no es así, y nuestras experiencias, a parte de ser oportunidades para cambiar, aprender, etc. las elegimos nosotros desde un lugar profundo de nuestro inconsciente. Por otro lado, este proceso una de las cosas que nos enseña, es a vivir dentro de la incertidumbre con más consciencia (siendo algo normal dentro de la vida aunque no nos demos cuenta de ello) y otra, a tomar decisiones importantes. Cada paso que des, hazlo porque quieras hacerlo, no porque toque, pues podemos elegir mucho más de lo que pensamos. Una manera de poder elegir es buscar información y ver las diferentes posibilidades que existen. En el caso médico, puedes buscar segundas, terceras y cuartas opiniones y dejarte sentir cual es la que más te resuena. A veces es difícil pues suelen darnos mucha prisa y parece que unos días más serán decisivos para la supervivencia, pero en la mayoría de los casos no es así, y ante este tipo de decisiones tan importantes, hay que darse un espacio para pensar, para sentir, como digo, siempre desde el amor y fuera del miedo. 
  • Comparte tu experiencia con otras personas que hayan pasado por lo mismo que tú. Una manera de no sentirse incomprendida, de quitarse dudas e inseguridades es compartiendo tu experiencia, comentándola con personas que hayan pasado algo similar. Te va a sorprender que muchas de las cosas que te pasan son habituales y no tienen tanta importancia. Además, también pueden darte soluciones o ideas de cómo gestionar ciertos momentos y aportarte recursos muy útiles. El sentirte comprendida y apoyada te dará esos empujoncitos que todos necesitamos de vez en cuando. Así que no descartes el compartir, el hablar abiertamente de las cosas que te preocupan. Para ello, existen asociaciones donde hay grupos de personas diagnosticadas que se reúnen y ponen en común temas que les preocupan o interesan siempre desde la alegría de vivir. 
  • Pregúntate qué es lo que no funciona en tu vida y Cámbialo. Este momento, es una oportunidad de cambio. ¿En algún momento te has preguntado cuál puede ser el motivo por el cual ha llegado la enfermedad? ¿Has analizado si durante periodos anteriores había algo en tu vida que no acababa de ir bien del todo?. Relaciones familiares difíciles, situaciones pasadas complicadas, situación laboral estresante, problemas económicos (vivir en la sensación de carencia), insatisfacciones emocionales, etc. Lo importante no es muchas veces el fenómeno en sí, sino cómo lo vivimos nosotros, la gestión y consecuencias emocionales a largo plazo que un hecho puede significar para nosotros. En su mayoría no somos ni conscientes, y por ello, es vital, el hacer un trabajo de sinceridad e intentar responder las preguntas anteriores. Aunque en ocasiones parece que sea muy difícil cambiar algunas cosas de nuestra vida, el primer paso es ser conscientes e inmediatamente eso provocará un cambio en nosotros que modificará la manera de cómo lo vivimos. Algunas veces, tendremos que tomar decisiones para salir de eso que nos perjudica (cambiar de trabajo, o alejarse de relaciones tóxicas, etc.), pero si confiamos en la vida y nos empoderamos, seguro que después nos deparará algo mucho mejor. Si nosotros cambiamos, nuestro entorno cambia y con ello, las situaciones que vivimos. 
  • Confía en la vida sin temer a la muerte. Este es un tema del que muchos rehuimos pues da miedo hasta nombrar la palabra no vaya a ser que venga a buscarnos. Lo cierto, es que hasta que no aprendemos a vivir aceptando que la muerte es parte de la vida, no seremos capaces de vivir en paz. No podemos vivir a la contra, en lucha constante pues es vivir con demasiado desasosiego. Al derrumbar las murallas y dejarse llevar por la senda de la vida aceptando, confiando, todo es mucho más fácil, más sencillo y gratificante. Todo lo que necesitamos está dentro de nosotros, no dudes en preguntarte, no dudes en escucharte. Se puede decir que la enfermedad es una manera que tiene tu cuerpo físico de decirte algo, pues al enfermar algunos elementos que se han desequilibrado, han dejado de funcionar todo lo bien que pueden hacerlo. Pero la persona más espiritual, esa que eres tú en plenitud, ahí sigue y seguirá, así que no hay que temer, sino aceptar y subirse a la alegría de la vida que hoy nos toca vivir, con este cuerpecito que hace su función dentro de este mundo terrenal y que amamos sin apego, pues nosotros somos mucho más que eso. 
PROGRAMANDO VIDA
Conchi Gil
Autora de Cáncer Experience

Comentarios

  1. Me ha encantado Conchi! Es súper sensato, práctico,emocionante! Me ayuda mucho. Gracias, crack!

    ResponderEliminar
  2. Tus comentarios y vivencias, me ayudan mucho. Veo que hay otras salidas que llenan nuestro corazón: el amor, la comprensión, valorarnos nosotros mismos como ser humano y ante médicos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra saber que dentro de que todo lo que escribo está basado en mi propia experiencia vital, pueda servir a otras personas.
      Un abrazo grande

      Eliminar
  3. Excelente reflexión que comparto plenamente, y si me permites diría de aplicación total a nuestro día a día.
    Gracias Conchi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Joaquim, por eso tú y yo somos amigos, nuestra almas se eligieron antes.
      Un abrazo de los grandes

      Eliminar
  4. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  5. Perdona. Lo borré porque estoy desde el móvil y...Escribo de pena!!!
    Te decía que no es fácil luchar contra esta enfermedad..O...Eso me imagino. Sobre pronunciar su nombre nos cambia la cara!!Por eso sois heroínas con nombres...Y valientes...Sois dignas de admirar, y dignos,claro. Os mando fuerza desde las letras y ánimos.

    ResponderEliminar
  6. Gracias midala por ti comentario. La idea no es luchar contra nada, más bien, aceptar este momento que te toca vivir de fomar proactiva. Al final el cáncer es algo que ha creado tu propio cuerpo, que no deja de ser tú. Buscar apoyo y alternativas que te den esperanzas es vital. Un abrazo

    ResponderEliminar
  7. Neni que razón tienes en todo lo expuesto! Me encanta como transmites, eres la mejor. Te quiero linda😘😘😘😘😘

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por tus comentarios!

Publicaciones más vistas

ENTREVISTA Una historia de vida: Chus, una gallega con muchas ganas de vivir

ENTREVISTA: Una historia de vida. Susana Lozano, una luchadora sin tregua

ENTREVISTA Una historia de vida: Vanessa Fornieles, la alegría de la superación