Muerte a mi alrededor ¿cómo la vivo?

11 de enero del 2016

Siempre he empatizado mucho, muchísimo con todo, pero desde el diagnóstico de la enfermedad, estoy mucho más sensible a ciertas noticias y sucesos.
Hace unos días salió la noticia del lanzamiento del último disco de David Bowie, como medio mundo, soy una gran admiradora de su música, de su estilo, del personaje sensual y rebelde que protagonizaba, lleno de inteligencia, lleno de sensibilidad. Desde mi adolescencia,  he pasado horas y horas escuchando sus canciones y siempre suenan bien. Me han incitado a bailar, a cantar, a soñar y hasta amar. Mientras escuchaba el sonido de las últimas canciones, comentaba junto a mi pareja, la posibilidad de poder verlo en concierto, era algo que siempre me había hecho mucha ilusión y hasta salió la idea de ir a Londres en caso de que tocara allí.
Al enterarme de su muerte me ha entrado una gran tristeza por diferentes motivos. Por no poder verlo tocar en directo, por el final de su legado musical pero también,  la enfermedad le ha ganado la partida y me ha llevado de bruces ante mi propia realidad. Una realidad que por mi parte tiene esperanza pero siempre lleva oculta el miedo a que no se acabe aquí. Quienes me conocéis, sabéis que soy positiva y que me agarro a la vida con todas mis fuerzas pero no quita que mire para atrás y vea como algunos de mis familiares se han ido tras perder la batalla. Mi abuelo materno, mi madre, mi primo. Todos antes de los 50 años.
Ayer nos dejó una icono dentro de la música pero como él, muchas personas estamos en ese proceso de lucha y quedamos en el anonimato. A todos los acompañantes del camino hacia la sanación os dedico esta canción, una de mis preferidas "Jump They de say".



La descubrí trabajando en un taller de manufacturación de sacos de un familiar donde dada la monotonía del trabajo, me distraía enormemente con la radio. Cuando el resto de compañeros se iban a desayunar y me quedaba sola en el taller, aprovecha para pegarme unos bailes al son de las canciones que me emocionaban a mis 17 años. Una de ellas era está. Pasados unos años conseguí el "cassete" en los encantes y fui feliz recreándome con todo el LP. Qué fácil lo tenemos hoy en día para acceder a toda la música.
David Bowie, te echaremos de menos pero tu legado nos acompañará siempre.
También echo de menos a mi madre, pero su legado sigue en mí y me gusta reconocerla cuando me pongo a coser; cuando se enciende mi pasión; cuando me muevo al son de la música con descaro y sin vergüenza; cuando sale mi parte más presumida; cuando soy una parlanchina nata; cuando disfruto con mi don más creativo..."mama, ahí y en más cosas buenas estás en mí".
Por todos los que ya no están con nosotros. Los recordaremos agradecidos por la huella que dejaron en su camino.

Comentarios

Publicaciones más vistas

ENTREVISTA Una historia de vida: Chus, una gallega con muchas ganas de vivir

ENTREVISTA: Una historia de vida. Susana Lozano, una luchadora sin tregua

ENTREVISTA Una historia de vida: Vanessa Fornieles, la alegría de la superación