EL ORIGEN EMOCIONAL DE LA ENFERMEDAD

15 de mayo del 2016

Quitando lastre

Una vez diagnosticada, sentí como perdía totalmente el control de mi vida. Sí somos realistas, nadie lo tiene. Pero vivimos con una falsa sensación de seguridad (está claro que es necesaria para nuestro bienestar psicoemocional), ante una visión de que estas cosas les pasan a los demás, que estas enfermedades es algo externo a una misma. Hasta que un día todo eso cambia y te encuentras ante una situación que nadie te ha enseñado a gestionar. Es ahí, donde encuentro que hay el mayor desafío y todas las opciones son correctas y válidas.
Sí he descubierto algo durante estos meses, es que cada persona diagnosticada y en tratamiento, lo lleva lo mejor que puede y que sabe. No existe un manual de cómo sobrellevar este proceso.
Todo lo que expongo en este blog está basado en mi experiencia personal. Que a mí me haya ido y me vaya bien no significa que a otras personas les funcione. Pienso que esta enfermedad "te obliga" a tomar las riendas de tu vida y buscar a tu ritmo, las herramientas que mejor resuenen contigo. Lo que si que veo común, es todo el trabajo de amor hacia uno mismo que hay que realizar como principal elemento sanador. Ya sea a través de adoptar una dieta sana y equilibrada; buscar espacios donde desconectar a nivel emocional y mental; hacer algunas actividades que tenías olvidadas; reconciliarte con tu pasado, con algún amigo o familiar. Lo importante es cuidarse, quererse con sinceridad, mediante la infinidad de pequeñas acciones que irás adoptando en el camino hacia la sanación. Da igual lo que hagas, lo importante es que lo realices escuchando la voz interna de tu corazón para que poco a poco, esa "mochilita" que todos llevamos encima, vaya disminuyendo su peso y te liberes.
Relación emoción y enfermedad
Todos alguna vez hemos tenido épocas de estar cogiendo cositas continuamente. Que sí un resfriado, que sí alergias, que sí diarreas... Y te pregunto: ¿Le has dado el espacio a tu cuerpo para poder averiguar el-los motivos?¿Has parado a atender sí existe alguna emoción relacionada con tu malestar físico? ¿Algún cambio importante en tu vida? Como comenté en los post iniciales, nuestro cuerpo susurra, nos avisa de que algo no está yendo bien del todo y en vez estar quejándonos, lamentándonos, disponemos de la opción de escucharnos y con ello, conocernos mucho mejor.  No sé sí ahora que me estás leyendo, compartirás conmigo que la enfermedad no sólo tiene un origen fisiológico sino también es emocional. Yo estoy convencida de que en mí caso, he cargado en mi espalda una enorme mochila durante muchos años. Mochila cargada de rabia, de resentimiento, de inseguridades, de sensación de abandono, de nostalgia... que había dejado de escuchar en tal "normalice mi situación de vida" pero que siempre, en cierta manera, resurgían en los actos más insignificantes y me condicionaban a la hora de tomar decisiones y sobre todo, a la hora de valorarme.
Valorarme... En relación, he descubierto en mí un patrón muy significativo. Una de las cosas más importantes a la hora de coger las riendas de nuestra vida, es dejar de poner nuestra felicidad en las manos externas, es decir, para ser felices primero tenemos que serlo con uno mismo y no esperar que sean los hechos externos los que nos satisfagan. En mi caso, siempre he sido muy dependiente de las valoraciones de los demás. He necesitado constantemente que me reafirmen lo bien que hago las cosas para poder creérmelo. Este patrón me ha llevado a ser una persona muy autoexigente que se esfuerza por gustar a los demás tanto, que en ocasiones se ha olvidado de sí misma. Esa dinámica me ha llevado a sentir cierta insatisfacción en según que momentos de mi vida  y en un principio, pensaba que era debido a factores externos y siempre me estaba quejando y quejando...Pasaba el tiempo y mis emociones dormidas seguían dentro de mí, como si de una olla express se tratase. Hasta que un día con algún movimiento emocional importante, como fue, el intentar ser madre,  sale todo a flote en forma de enfermedad. Me daba  miedo ser una mala madre, me daba miedo aceptar la responsabilidad que suponía. La verdad es que no estaba preparada. Primero necesitaba quererme más a mí, hacer las paces con mi pasado para luego, poder tener un hijo.   
La enfermedad me ha dado ese tiempo para la reflexión, para coger la distancia que necesitaba y he visto y he podido sentir, a esa niña pequeña que se sentía sola, poco cuidada y querida. La cuál tuvo que aprender a sobrevivir creando un muro a su alrededor donde sentirse, falsamente protegida ¿De qué? Pues pienso que de la propia vida. Cuando de pequeña no dispones de los estímulos positivos necesarios y por lo contrario, te enseñan a temprana edad, lo que es el miedo, la violencia, la inseguridad, el desorden. Para poder subsistir, sabia pero equivocadamente, se crean unos patrones emocionales en la parte más profunda de nuestro ser,  que son complicados y nos condicionan de por vida. Por suerte, sí somos capaces de verlos, somos capaces de cambiarlos. Ahora mismo, me encuentro en una etapa donde he cogido a esa niña y la he podido abrazar con todo mi cariño y le he prometido que siempre dispondrá de mi amor y la he dejado ir. Gracias a este proceso, se ha despertado esa vocecita interna que me dice que es lo que necesito y lo que no quiero tener cerca de mi vida.

"Escúchate, porque no hay nadie más sabio que tú. Quiérete y recibirás más amor del que puedes imaginar." Ahí estoy yo, aprendiendo. Si hay algo maravilloso que tenemos el ser humano es nuestra capacidad infinita de aprender y con ello, de cambiar. 

Empoderamiento personal
Otro cosa importante que he descubierto, es lo agradecido que es aceptarse a uno mismo  tal y como somos. Parece una tarea fácil, pero en absoluto lo es. No hace falta ser perfectos, ni hacerlo todo siempre estupendamente. Hay que pensar que las cosas las hacemos lo mejor que sabemos y podemos en cada ocasión. Esta idea, me ha quitado mucho peso y me hace no ser tan dura conmigo misma.
Del miso modo, he comenzado a intentar no juzgar a los demás. Tengo que decir que gracias a la ayuda de un libro de Louise L. Hay que os recomiendo. "El poder está dentro de ti", estoy aprendiendo a ser más tolerante con los demás y esto a su vez, me hace serlo conmigo misma. En este mundo, todos venimos a aprender y como he dicho, no existe ni una manera mejor ni única. Aquí cada cuál, lo hace según puede. 




Comentarios

  1. una forma fantástica de explicar lo que te ha ocurrido y de hacerlo comprensible y cercano a los demás.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

¡Muchas gracias por tus comentarios!

Publicaciones más vistas

ENTREVISTA Una historia de vida: Chus, una gallega con muchas ganas de vivir

ENTREVISTA: Una historia de vida. Susana Lozano, una luchadora sin tregua

ENTREVISTA Una historia de vida: Vanessa Fornieles, la alegría de la superación