Cosas que ayudan: EL EFECTO MÁGICO DE LA MÚSICA

1 de enero del 2016

Este año casi no me he enterado de las navidades. El estar en un estado más calmado, sin tanto ajetreo de un lado para el otro, sin abusar de la comida, sin excesos; han hecho de estas fiestas algo más relajado y cómodo. Pero lo cierto es que casi no han sido tan diferentes al resto de años. Nochebuena en casita con mi familia. Navidad en casa de mis suegros. Noche vieja en casa de mi hermana y reyes de nuevo en casa de los suegros.  La que estaba diferente, claramente he sido yo.  Me lo he tomado con una tranquilidad desconocida, he disfrutado de los manjares sabiendo poner límite pero ante todo, disfrutando de las cosas buenas de la vida sin prisas. Antes de este huracán de comidas y cenas estaba asustada de encontrarme mal por la radioterapia, pero todo ha ido tan estupendamente bien que recordaré estas fiestas como una de las buenas, buenísimas.
El día 31 me despedí con energía renovada y comencé el año con una felicidad tierna y dulce. El 1 de enero me levanté como cada día, bueno, un poco más tarde de lo habitual pues este tipo de cenas me han hecho romper mi rutina de sueño y me cuesta levantarme antes de las 9. Hice mi licuado mágico y me senté en el sofá. Me acordé que este día hacen el concierto de año nuevo y lo busqué entre los canales de la televisión. Al llegar a la TV3 daban un programa de música con el espectáculo de Simfonova donde te acercan a la opera con las áreas más conocidas y algunas por descubrir, y de repente la primera que sueña es un área de la Boheme y no pude dejar caer las lágrimas por mis ojos, que belleza más absoluta, que forma más estupenda de comenzar el año. Os dedico esta conocida área a todas las personas que me habéis y seguís acompañándome en el día a día de mi proceso de sanación. Está subtitulada y hay que aplaudir a la interpretación de la soprano:


Tras visualizar el programa en la televisión y soltar lagrimitas pieza tras pieza, me entraron unas ganas enormes de ir a escuchar algo de música clásica en directo y la dicha siguió. Al entrar en la web del Auditori de Barcelona pude ver que quedaban algunas entradas libres para el concierto de año nuevo y lo más emocionante fue el ver en el repertorio una de mis canciones favoritas, por su pasión, por lo que transmite. Canción que te invita a soñar con algunos de los salones de los palacios rusos repletos de bailarines al son de este vals:


Estar el día 3 de enero en el concierto estuvo genial y me recordó lo importante y fascinante que es el escuchar la música en directo. Propósito del año, ir más a menudo de concierto.

He empezado el año sintiendo que la energía del universo me acompaña y muchas cosas buenas me esperan.
Mi pelito ha comenzado a salir de nuevo. Con fuerza renovadora mi cuerpo se va poniendo de nuevo en marcha. Poco a poco y sin precipitarme voy dándole algo de actividad física. Me miro al espejo y veo a una mujer joven y fuerte. Ahora me veo más guapa, me quiero más y mejor.
Esta enfermedad me ha quitado cosas pero me ha dado el aprender a disfrutar de la vida, el aprender a perdonar y perdonarme. Me voy quitando el lastre de la rabia y lo sustituyo por el amor y la alegría. No hacen falta tantas cosas para ser feliz. Mi frase de felicitación del año nuevo era "todos disponemos los recursos para ser felices, es ocasiones es sólo cambiar las gafas con las que miramos la vida". Cuando conseguimos quitarnos pesos y lastres innecesarios comenzamos a ver el mundo y a las personas de nuestro alrededor de manera muy diferente, todo es más fácil y menos conflictivo.
Ayer me estrené en una reunión de amigas. Comienzo a tener energía y ganas de hacer actividades públicas. Ayer era importante asistir a la inauguración de la exposición fotos de una gran amiga en una peluquería del gótico. Fue emocionante, divertido y accesible a mis horarios y momento presente. Además, habían unas croquetas buenísimas de verdad (jajajaja). Estar una hora en compañía de unas mujeres excelentes por sus valores y saber hacer, es un gran momento para anotarlo como especial y único. Gracias Tami por una velada tan estupenda.
Soy una mujer afortunada, esta claro. Hoy he podido terminar el fin de semana en compañía de unas buenas amigas, con las cuales, hemos compartido inquietudes y muchas risas. Estar sentadas alrededor de la mesa con nada más que una botella de agua y mucho cariño, es estupendo. Os quiero!

El 2016 pinta que va a ser un año excelente. ¿Quién se apunta?

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