Visita al cirujano: nuevas noticias


5 del septiembre del 2015

Segundas oportunidades

Ayer fue un día clave. Tenía la consulta con el cirujano donde me darían los resultados de las biopsias de la operación.
Todo este proceso es tan nuevo y con tantas variables que te pierdes dentro del mismo.
Llegamos al Clínico a la hora prevista y como suele ser habitual,  te hacen esperar entre 30 y 45 minutos. Tiempo que se te hace eterno dada la impaciencia de las futuras noticias. Con mi doctora de cabecera pasa lo mismo. El pasado lunes esperamos más de una hora, si teníamos hora a las 18:40 entramos a las 19:50. Por un lado, cuando no estás bien del todo, esperar tanto rato se hace muy pesado, pero por otro lado, pienso que se está dedicando tiempo en realizar las consultas según necesite la persona visitada y en el fondo es lo importante. Mientras esperaba en el clínico pensaba en los casos urgentes que como me pasó a mí, nos meten en las agendas médicas con calzador y eso puede significar salvarnos la vida. Así que en estos momentos, no me importa esperar pues pienso que es en beneficio de alguien que lo necesita en esos momentos más que yo.
Cuando entramos estaba el primer doctor que me visitó, el protagonista de mi diagnóstico. En el inicio estaba sólo. Nos dio la mano con un poco más de entusiasmo que la vez anterior. Me preguntó como estaba y le contesté que a parte de nerviosa, estaba muy satisfecha con el resultado y la evolución de la operación.
Entonces comenzó a explicar cuales eran los resultados. Nos explico que se habían encontrado dos tumores del mismo tipo. Uno en el útero y otro en el ovario derecho. Con esta información confirmó lo que ya conocíamos. Continuó explicando los resultados de los ganglios. Negativo en los extraídos en la paraaórtica y de los del bajo vientre de 15 salía sólo uno afectado. Tal como nos habían avanzado, da la impresión que todo lo malo y perverso del cáncer estaba muy localizado y eso es un buen pronóstico. Con lo cuál, viendo que lo han sacado todo se diría que en estos momentos ya no existe el bicho pero por temas de prevención y dejarlo todo limpito y protegido, comenzaré en breve quimioterapia y posteriormente radio.
Por el momento, no dispongo de la información de que tipo de quimio y radio me harán, temporalidad, etc. pero da mucho respeto.
Otro elemento importante fue la confirmación de una alteración genética llamada Lynch como elemento fomentador de este tipo de cánceres en gente joven como yo. Dejo un link donde se explica brevemente y muy bien qué es: http://www.lavanguardia.com/vida/20121217/54356325295/entrevista-sindrome-de-lynd-doctor-francesc-balaguer-cancer.html
En relación a esta noticia,  he pensado que me lo podía tomar de dos maneras, o como una condena o como un estado que me lleva a ser más consciente de lo importante que es cuidarse y tomar las riendas de nuestras vidas de forma saludable. A veces mal de muchos consuelo de tontos, pero ¿quién no tiene una alteración genética? En positivo decir, que gracias a este descubrimiento nos harán un estudio familiar donde sabremos si mis hermanos también lo tienen y de esta manera, nos tendrán más controlados. Habrán menos sorpresas.
En relación a mi operación me extraño mucho pero ni siquiera me miro la herida, con un cómo estás ya dio por hecho que todo estaba correcto. Al cabo de cinco minutos de entrar ya no estamos solos, habían dos enfermeras o futuras doctoras,  escuchando toda la conversación sin intervenir.
A continuación saqué la lista con algunas de las dudas que me habían ido surgiendo en estos días anteriores y empecé el interrogatorio. Tema importante, al no tener ovarios no dispongo de estrógenos y esto tiene consecuencias. Desde sequedad vaginal hasta sofocos y demás. Yo por el momento sólo noto cierta sequedad vaginal y algo de sudoración pero el resto va bien. Me aconsejo un par de productos, un hidratante vaginal y un lubricante para las relaciones sexuales. Por otro lado, el tema del ejercicio ¿cuándo, el qué?. Me comentó que fuera haciendo todo lo que no me causara dolor y me prohibió lógicamente, el trabajo del recto abdominal, es decir todo tipo de flexiones y extensiones amplias del tronco, además  del entreno del suelo pélvico hasta pasados mínimo tres meses. Por el resto me dijo que no tuviera miedo a probar, que no pasaría nada, como mucho sentiría alguna molestia y lo tendría que dejar de hacer. Eso me animó bastante pues ya me siento con un poco más de energía y tengo ganas de ir poco a poco tonificando mi cuerpo en estos momentos, muy blandito. También hablamos del tema cicatriz y me aconsejo unas tiras que ayudan a cicatrizar y que la marca se note menos. ¡Bien! Para finalizar comentamos como iba a continuar el proceso, todo el tema de pedir visitas para dar un pasito más en mi recuperación. La próxima visita con él será cuando esté terminando la quimio así que dentro de unos mesecitos.
Salimos de la consulta y ahí estaba mi familia. Puede que en lo cotidiano seamos un poco despegados pero cuando a uno de los miembros le pasa algo, ahí estamos todos. Parecemos la familia de los gitanos todos unidos dando el apoyo y soporte necesario. Lo cierto es que me da mucha energía sentirme tan querida y rodeada. Pero también me hace mucha gracia todos sentados en la sala de espera sin dejar de hablar, porque si tenemos algo en común no es que seamos mudos. Mi padre haciendo sus malos chistes para quitar hierro al asunto, mis hermanos con sus entrenamientos físicos, que si como esto y dejo de tomar lo otro. Mi cuñado Luis y Miquel son la excepción, callan y escuchan. equilibran un poco al clan Gil. Los adoro a todos.
Al salir,  nos miraban con cara de interrogante pero había que gestionar varias cosas antes de sentarse a charlar con calma: 1) La programación para  el estudio genético familiar. 2) Las citas con la quimio y la radio. Mientras íbamos por el clínico de pasillo en pasillo, les avanzábamos lo que nos habían dicho. Al hablar del Lynch la cara de mis hermanos cambió un poquitín, imagino que después de vivir toda mi experiencia da un poco de miedo pensar que puede que también  tengas más posibilidades de que te ocurra.
Al llegar  ala zona de oncología estaba lleno de gente. Me impresionó ser consciente de cuantas personas estaban afectadas por la enfermedad, es cierto que es la plaga del siglo XXI, de la sociedad de la abundancia. Había dos mostradores, el de la quimioterapia  y a parte el de la radioterapia que era un caos. No se sabía donde empezaba y terminaba la cola. Lo bonito es que dentro de las difíciles situaciones de cada uno, la gente mayoritariamente era amable y hasta estaban dispuestas a sonreír.
Intento no proyectarme en el futuro y anticipar demasiado. Este julio ya lo pasé demasiado mal por este motivo. Quiero disfrutar de los momentos, de todos y cada uno de ellos. Ahora lo más trivial es un regalo. Levantarme por la mañana relajadamente y disfrutar del desayuno, de lo cotidiano. Sentir como mi cuerpo se va despertando. Cada día lo nota más conectado, mejor. Aun así, esta noche me ha costado dormir. Me despertaba la idea del momento en el que tenga que cortar mi pelo, en como me sentiré al iniciar el tratamiento, como me condicionará... y aunque se que todo se puede sobrellevar y pasará, siempre da mucho respeto.

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