Port-a-cath, nuevo elemento en mí cuerpo

16 de octubre del 2015

El miércoles 14 fue zafarrancho de combate. A las nueve asistí a ponerme el famoso "Port-a-cath". Pongo definición de la Wikipedia a modo informativo:
"Port-a-Cath® es un catéter que se introduce bajo la piel en el tórax del paciente con un tubo que va a una vena central. Se implanta habitualmente en la vena subclavia. Su función es doble. En primer lugar se usa para la administración de medicamentos (principalmente quimioterapia oncológica) y además para facilitar la extracción de muestras de sangre."

La intervención no es que sea agradable. Te pinchan anestesia varías veces en la zona cercana de la clavícula y el cuello que duele lo suyo, para su posterior introducción, que parece que te vayan a sacar la piel del pecho.Eso sí,  todo ello, bajo enormes medidas de higiene y seguridad. Los enfermeros y asistentes eran muy simpáticos y me trataron muy bien, suerte de ello. Me dejaron hacer todas las peticiones y se reían de algunas de ellas provocadas por mi miedo. Es que no puedo evitar tener miedo a que me duela. Lista de preguntas y peticiones:
  1. ¿Me va a doler la intervención? Respuesta: Pues los pinchazos de anestesia local un poco, es como ir al dentista. Os prometo que aunque es breve, duele más, me pincharon como 6 o 7 veces. 
  2. ¿Luego me dolerá? Respuesta: Un poco, a quien no se toma nada. Las molestias duran un par o tres de días hasta que el cuerpo se acostumbra al objeto extraño. Sólo salir me comenzó a doler el cuello un montón y tuve que pedir que me dieran un paracetamol. Pero luego es cierto que aunque molesta un poco es soportable.
  3. Importante! Por favor, dejarme una cicatriz bonita, a poder ser que no se vea...jajajaja...Estoy descubriendo que soy mucho más presumida de lo que me pensaba. Ya veremos como me quedará....
  4. Ah, por favor, no me estropeéis el bonito lunar que tengo es esa zona. Se echaron a reír y confirmaron que era bonito.
  5. ¿Para sacar la vía terminado el tratamiento, es más fácil? Respuesta: Pues más o menos. Y eso me hizo pensar en tener que pasar por todo el proceso de nuevo y ¡no mola nada!
  6. Por último, me han pedido que me dejéis pinchado el Port-a-cath para la posterior quimio que me esperaba. Y así lo hicieron.

Salí con dos suturas, una donde esta el aparato y otra en el cuello, y un montón de instrucciones de cuidaos durante los siguientes días. Además de un cablecito colgado de mi nuevo amiguito que en confianaza  lo llamo"Port".


Ahora toca la visita del oncólogo. Vamos hacia consultas externas del clínico y a esperar. Eso sí, como iba en ayunas y no me salto ni un día mi super licuado de verduras y frutas, como buen previsora, me llevé una ración de medio litro para final de la intervención, que aunque pierda vitaminas por el camino, algo haría. Al final del escrito, dejaré la receta actual.

Entramos en la consulta y comentamos como había ido esta primera sesión. Le conté al joven médico mis dolencias más notables y me él dio los resultados de la analítica del día anterior. Defensas un poco bajas (jo, vaya) y el colesterol alto (increíble con lo bien que me alimento); pero es normal después de todos los medicamentos que me han suministrado por la operación y ahora la quimio. Me comentó que haríamos la sesión con normalidad y lo único importante es que en caso de darme fiebre, corriendo al hospital. Por otro lado, me van a realizar un TAC de cuerpo entero a modo de protocolo para observar que todo esté bien.
Por el momento, me tienen que llamar. Pero es cierto que siempre salen los fantasmas del miedo ante las pruebas. Por un lado, quieres que te confirmen que todo va bien y por el otro, siempre existe una duda. También hablamos de mi delgadez y me comentó que sería difícil que cogiera peso con el tratamiento, que mientras comiera bien y de todo, no me preocupara. Y lo cierto es que como excelente, desde que llegué a casa después de la operación en ningún momento he perdido el apetito y como con gusto.

En el poco rato que nos quedaba antes de ir a la quimio, aprovechamos para ir a desayunar algo más contundente. Nos decidimos por ir a Enrique Tomás y me pedí un bocata de lomo ibérico. Hacia meses que no lo probaba y en este día de médicos me merecía un caprichito, eso sí, acompañado de una tila sin azúcar, jajajaja, que lástima.


Llegamos al hospital de día a por mi sesión de quimio. esta vez,  me pusieron en la sala compartida con más personas que como yo están en tratamiento. Les pedí un paracetamol pues el cuello dolía y dolía,  recliné mi sofá y me tape con una mantita, y, me dormí placidamente.  Al despertar una hora después, encontré que había dos voluntarios ofreciendo reiki a los pacientes. Tuve la suerte de que me tocara y me sentó de maravilla, hasta me volví a quedar medio dormida. Lo único que me extrañó es que no te preguntaran nada, ni el nombre, ni como estás, ni nada. Acostumbrada al protocolo de adama donde el trato es esencial se me hizo raro. Sólo se limitan a decirte si quieres que te hagan una sesión y cuando terminan se marchan sin decir nada. Pero tengo que decir que me fue estupendamente, me relajó mucho e hizo el tratamiento más placentero.

Tengo que puntualizar que en esta sesión he estado más relajada y con menos temor, pensaba en una menos y que ya llevaba un 33.3333% del tratamiento.
Al terminar vino la enfermera a sacarme la aguja de mi "Port" y le pregunté si cuando me tengan que pinchar iba a doler. Para mi decepción me dijo que sí, pues es una zona más delicada. amablemente me explicó un truco, me dio una crema anestésica y me dijo como aplicarla cuando tenga que pincharme de nuevo. Me costó ver que ventajas tendría ponerme este tipo de vía, si la intervención duele y luego sigue doliendo, pero por lo visto según experiencias de otras personas, y viendo que yo sólo puedo usar para pinchar mi brazo derecho, el tratamiento debilita mucho las venas y provoca callos muy dolorosos.
Hoy es el segundo día de mi segunda sesión y se comienzan a notar los efectos. Por el momento sólo tengo pinchazos en el abdomen, algo de dolor articular leve y un poco de cansancio. Pero lo voy llevando bien y me eso me anima mucho. En caso de estar peor, sólo me queda darme el espacio de descanso que mi cuerpo me pide y confiar que mi organismo es un campeón que tiene un millón de mecanismos para depurar y sobrellevar el tratamiento. Ahora toca unos días pachucha para luego ir remontando.

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