Mi primera sesión de quimioterapia

24 de septiembre del 2015


Al verme escribiendo después de haber recibido 5 horas de tratamiento surge una sensación de tranquilidad y de confianza.
Estos últimos días han sido difíciles pues no llevo muy bien la incertidumbre. El no saber que pasará me hace surgir un miedo que me angustia. Me pasó con la operación y me ha pasado con la quimioterapia. La suerte esta vez, es que voy disponiendo de más recursos y tengo más esperanza. Esperanza en la propia vida, esperanza en que pasa después de la muerte, esperanza en las acciones de los seres humanos y la misión de los mismos en la tierra. Esperanza, esperanza. Y esa esperanza me brinda una sensación de paz y a su vez, de amor y comprensión hacia todo y todos.
Cuando vas a la consulta de quimioterapia y te ponen delante todo el listado de posibilidades que te pueden llegar a pasar, hasta el último pelo de tu cuerpo se estremece. Intentas bromear con el joven doctor que te asiste pero la sensación de agobio sigue entre las risas provocadas. 
Anoche dormí con bastante tranquilidad, mi miedo disminuyó ante la idea de que no estoy sola y que mi cuerpo está sobrellevando muy bien todo el proceso. Tengo que confiar plenamente en que todo irá bien, y que ya está yendo bien. 

La primera sesión

Normalmente suelo levantarme temprano a eso de las 7 de la mañana y como es habitual, me he preparado un super licuado de verduras y frutas "mega alcalinizante". Un poco de apio, remolacha, un kiwi, moringa en polvo, triturado de semillas de lino y sésamo, agua y zumo de medio limón. Te tomas todo eso y  casi te conviertes en energía. Una vez brillante por dentro, he pasada a la etapa de chapa y pintura y me he acicalado. 
A las 8.10 salíamos de casa. Según como nos acercábamos al clínico, mi cuerpo se iba posicionando en la postura del miedo. Una vez allí, mientras íbamos por los pasillos a nuestro destino "El hospital de día" no he podido evitar comenzar a llorar. 
Hemos llegado unos minutos antes  de las 8.30 y como nosotros, habían otras personas esperando para entrar. Enfrente mío había una señora, por el aspecto de su pelo, me ha dado la impresión de que llevaba peluca. La he mirado con unas palabras he compartido mi inseguridad. Finalmente, el afectado era su marido. Llevaba yendo dos años a tratamiento y parecía que lo llevaba con bastante entereza. Buena gente.
Sólo entrar me han puesto en una habitación donde había un sofá y una cama. He elegido el sofá. Ha entrado la enfermera y se ha presentado, su nombre "causalmente" era Esperanza y me ha dado muy buen rollo. Esas señales... 
He comenzado el tratamiento primero con los medicamentos pertinentes para disminuir los efectos. Tal como se iban terminando las bolsitas, la máquina suministradora da aviso con una alarma que va en "encrechendo". Al llegar la hora de mi primer tratamiento el Paclitaxel me ha dado cosita. Según iba pasando el tiempo y sentía que todo estaba bien, me he ido relajando. Este tipo de tratamiento requiere que se suministre de forma lenta y ha durado tres horas. Una vez terminado damos paso a un poquito de suero para limpiar y luego al segundo tratamiento, el Carboplatino. En este caso te ponen la máquinita a toda revolución y notas un fresquito en la vena al entrar, es mucho más rápido. Finalizamos la sesión un poco más suero y hala, como todo ha ido bien, para casita. Sin antes no olvidarte de pasar por el mostrador y pedir tu hora para la próxima sesión. En mi caso, será el día 14 de octubre a las 11.30 de la mañana.
Por el momento, todo va bien. Lo único que he comenzado a sentir es ciertos retorcijones y movimientos estomacales, además de sensación de picor en la piel. Pero me encuentro super bien. tengo apetito, aunque haciendo caso de la doctora Isabel Cusó, he intentado pasar el día con dieta líquida (caldo de verduras y pollo, zumos naturales, cremas suaves) pero a media tarde me ha venido de gusto una tostadita de pan sin gluten de cereales con aceite de oliva y un poco de pavo, y me la he comido con ganas, disfrutando.  A ver mañana como amanezco y cuál es la tendencia, pero mañana es mañana, ahora a seguir disfrutando de estar bien. 


Abril del 2024

Cuando leo estos escritos después de unos años y unas cuantas sesiones más de quimio, lo ves todo tan diferente. Entiendo muchísimo más ese miedo que sentí a lo desconocido. Mi lucha contra la incetidumbre mediante el intento de mantener el control, algo que hoy sabemos no existe. En esos momentos me ayudó mucho el adoptar hábitos más saludables y conscientes. 



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