La enfermedad detonante para la transformación


24 de octubre del 2015

Ante una situación desconcertante e incierta, el ser humano podemos actuar de muchas maneras. Lo más seguro, es que dentro del proceso, como un gusano de seda, nos vayamos transformado ya sea para terminar como una "torpona" polilla o una magnífica mariposa, lo mágico es la oportunidad de transformación.  Cada uno hace lo puede. Los que te rodean también hacen lo pueden. Ante un diagnóstico de cáncer, como he comenté en un escrito anterior, las acciones de los más allegados es de lo más variopinta. Van desde la inexistencia al exceso de querer ayudarte demasiado. Al final todo es cuestión de como vivimos las cosas y lo que "entendemos" que es importante para nosotros. Lo curioso la importancia que le he dado a ello, que me lleva a la reflexión.
En estos momentos estoy intentando salir de ese rol de todo la vida en el cuál siempre intento complacer a todo el mundo con la mera justificación de "me sabe mal esto, me sabe mal lo otro" y no sentirme culpable por no cubrir las expectativas de mi red social (expectativas que en el fondo son mías). Aunque suene fuerte,  el intentar complacer siempre a los demás te lleva en cierta manera, a renunciar a tu propia vida. Cada gesto en "pro" lo otros que haces por cubrir lo que tu crees una necesidad ajena y no lo que tu quieres o necesitas, te lleva a cierta incoherencia contigo misma.  Se que parece una paja mental pero gestionar esto bien, es clave para conseguir una higiene emocional. La pregunta ¿qué es esperan los demás de mí? Te excluye de tu propia vida pues lo importante es lo que uno quiere sin ningún tipo de interferencia ni actor externo.
Un año antes del diagnóstico comencé a sentirme como un limón exprimido. Cansada de cuidar a los demás con ese espíritu de mama gallina, demasiado protector. Iba llenando mis emociones de experiencias ajenas e iba posponiendo el dedicarme un tiempo real sólo para mí. Parecía que tuviera miedo a quedarme a solas. A solas con mis inseguridades, mis miedos y quizás mis recuerdos. Pero no todo fue negación, conseguí gestionar algunos aspectos con los más allegados que me dio un respiro. El primer paso fue darme cuenta que para poder ayudar a los que queremos tan solo hay que estar, y no ponerse en el papel de consejera de la verdad. En ocasiones ante los problemas de nuestros amigos y familiares, vemos tan clara la solución...que nos precipitamos en palabras y consejos e intentamos meterles con calzador lo que nosotros pensamos que es lo bueno. Lo más curioso que si observas esos consejos que das, son precisamente los que tú necesitas. Consejos acompañados del "tienes y debes qué...". Mi último consejo más pronunciado en los últimos meses fue a una amiga donde le decía "Tienes que poner límites"...y ¿no era precisamente lo que necesitaba yo? Me encontraba desbordada ante la vida de los demás por el miedo a escuchar la mía.  A otro amigo le imponía que debía confiar más en él. Me desquiciaba ver como no se valoraba lo suficiente y sacaba partido de sus virtudes. ¿Y acaso yo, tenía plena confianza en mi misma? La respuesta es no. He necesitado constantemente que los demás reafirmen lo buena profesional que soy. Ante la ilusión de ser autónoma tenía un miedo horrible a fracasar y es ahí, donde siempre he montado cosas en relación a otras personas, que no dependan sólo de mí.  A ver, en mi defensa decir que adoro trabajar en equipo y pienso que de este tipo de trabajo, salen mejores propuestas, pero siempre existe un pero.  La ilusión de mi vida, es conseguir montar un local donde hacer tanto las propuestas de Espai Dones como las mías como profesional del mundo de la salud. Antes de pasar por esto, lo veía como algo imposible, pero ahora existe la posibilidad real de encontrar un lugar donde afianzar tanto el proyecto como mi trayectoria profesional.  Se que aún no es el momento, pues la prioridad ahora es sanarse, pero estoy convencida de que todo fluirá. 
En resumen, nuestras relaciones nos dicen mucho sobre nuestra propia vida siempre que estemos abiertas a recibir la información. Nuestro entorno nos hace de espejo ante las necesidades de nuestro inconsciente. Nos va dando señales hacia donde debemos encaminarnos y si hacemos caso omiso, nos pega una patada fuerte en el culo que tambalea toda nuestra realidad.  Me hubiera gustado no tener que pasar por esta situación pero ya que estamos, me alegra verla como una oportunidad para ser ser coherente dentro de mi misión vital, pues aunque algunos no os lo creáis, todos tenemos una y cuanto más cerca, más felices seremos. 
Hoy desde Espai Dones realizamos unas jornadas de cuatro talleres. Ahora mismo estarán realizando el primer taller y se que todo saldrá genial, lo siento en mi corazón. Este proyecto me da mucha fuerza y me hace trabajar desde la equidad de un grupo de excelentes mujeres y profesionales. Saca mi mejor sonrisa y estoy convencida de que funcionará, lo vamos a conseguir, todo nos lleva hacia ello. 










Comentarios

  1. Ya han pasado 8 años y disfruto leyendo mis propias palabras, ilusiones y pensamientos. Espai dones no siguió adelante h he dejado atrás como profesional el mundo del deporte y la salud. Llevo más de 5 años disfrutando de la costura, quién me lo iba a decir...Llevo 6 meses practicando yoga y he tomado la decisión de retomar mis estudios. La vida cambia de senda con mucha facilidad...

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