Busca un canal de expresión

6 de octubre del 2015

Hay días de todo...

Sombra de desconocimiento, de incertidumbre. Cada día es ahora, cada día es tu vida, cada día eres tú.
Te montas en el barco de la aventura donde hay claros soleados y tempestades cambiantes.
El otoño le pega a esta enfermedad. Un otoño que te rodea por fuera y que llega al corazón.
Hay mañanas de alegría, calma y paz, hay despertares de hoy tranquilidad total.
Te enseña lo mucho que hay que aprender a AMAR, a amar-SE.
Te enseña que "la prisa mata hermano", hay que aprender a esperar, esperar viviendo cada momento sin dejar escapar la oportunidad de la sencilla felicidad.
Me muestra la fortaleza corporal y las ganas de vivir de todas mis células.
Disfrutas con las cosas buenas. Una saludable alimentación; unas relaciones humanas amorosas; caricias gratis; sonrisas sinceras; palabras llenas de sentido; más amor; actividades corporales fluidas y naturales, maravilloso movimiento; charlas amenas; compañía de camino a ningún sitio; escuchar los sonidos por separado; tocar el suave pelo de mis mascotas; una ducha caliente; ver como sale y se esconde el sol; dejar que me quieran y sobretodo, quererme más.
A veces te descubres mirándote en el espejo, intentando observar toda tu piel, tus gestos, lo que tú eres y todo va más allá de una simple imagen. Somos fuerza, somos ganas, somos energía, somos experiencia.
¿Qué pasa cuándo se desvanece el optimismo? ¿Qué pasa cuándo surgen los miedos? Pues que aprendemos a darnos permiso a llorar y aceptar que somos emoción. Emoción también es la tristeza, el enfado, el temor. Si lo dejamos salir y lo liberamos con naturalidad, será menos agotador que estar luchando contra una misma.  Como una bonita película, después de la tormenta del fondo de nuestra alma nace un arco iris lleno de color que nos devuelve la alegría, la esperanza.
Aprendiendo estoy.
Son días, son...


Mayo del 2024

Me emociono con estas palabras tan mías, tan desde el corazón. Que terapeútico es escribir, aprender a expresar lo bueno y lo menos bueno, porque al final, todo eres tú. Busca un canal, un espacio donde poder expresar lo que sientes. Sea a través del baile, la escritura, la meditación, el ejercicio, cantar, dibujar...descubrir cuál es tu canal puede llegar a ser muy liberador. Puede que en ocasiones necesitemos ayuda, alguien que nos oriente, pues pide ayuda, búscala, no estás sola. Asimismo, no hace falta que sea algo extraordinario, muchas veces, los actos más sencillos son los más inspiradores...

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