Libro: Muero por ser yo- Anita Moorjani

13 de septiembre del 2015

Cambio de miras

A veces la vida te ofrece la manera de encontrarte a ti misma. No siempre es de la forma más sencilla y fácil pero, como dice el dicho, "No hay mal que por bien no venga".
Desde que me diagnosticaron esta enfermedad, mi vida, mi forma de sentir, mi manera de ver las cosas, mis prioridades, han cambiado enormemente. Soy consciente de que es un aprendizaje para encontrar realmente lo que es importante para mí y dejar de preocuparme por las cosas que no tienen tanta envergadura o no son relevantes y que, en ocasiones, nos hacen ser excesivamente duras con nosotras mismas.
Cuando la vida te pone en una coyuntura de este estilo, toca todas las estructuras más esenciales de tu ser. Lo pone todo patas arriba para que seas consciente de ese mapa que hasta el momento daba forma a tu vida. Primero, saca todos tus miedos. Miedos que en mi caso se fundamentaban sobre todo en el miedo a morir, a morir sufriendo, a que tu vida se esfume. Cuando sientes ese pánico fuera de control llega un momento en que todo lo demás toma un sentido diferente.
Antes de la operación seguía miope, aterrada por lo que vendría. El shock y la rigidez emocional de la noticia me dejó literalmente paralizada. Una parálisis acompañada de un dolor muscular insoportable. Mi rabia, mi miedo, se transformó en una tortura física. Cuarenta días estuve sometida a esa tensión. Hasta el día de la operación.
Cuando salí del hospital con las esperanzas en auge me dí cuenta que algo había pasado. Comencé a mirar las cosas con otras gafas. Intuía la vida de los otros, su vitalidad. Podía percibir el latido de sus corazones, fuertes, sanos. La sangre corriendo por sus venas de forma fluida. Y todo ello, me hacía pensar en lo maravillosa que es la vida y las ganas que tenía de formar parte activa de ese movimiento de personas en su día a día.  Del mismo modo, al mirar a mi alrededor, los colores me parecían más brillantes, todo tenía más luz. Mi cuerpo estaba mucho más receptivo a todo lo que me rodeaba. Los olores, las imágenes, los sonidos, la energía. Era como si un millón de estímulos entraran por todas partes de mi ser. Han habido momentos de sentirme aturullada, sobrepasada por tanto movimiento.
Ahora que ya ha pasado un mes siento que voy recuperando a la chica energética y alegre, pero en un estado mucho más tranquilo, más lento. Un estado que me deja el margen para sentir, para poder pensar desde un plano de calma. Cuando me sumerjo en predecir el futuro que vendrá y me veo de nuevo en la complicada incertidumbre, intento volver al presente y disfrutar de lo que estoy viviendo en ese momento. Ya sea estar en mi maravilloso sofá de casa viendo una película o leyendo un libro, o simplemente, contemplando a mis compañeros de piso; mis queridas mascotas Misiu y Yagi. Dos gatunos muy pendientes de mí que compiten por recibir mimos. Y por supuesto, disfrutar del cálido apoyo de mi pareja. Acurrucada a su lado me siento a salvo, protegida y amada.  No siempre consigo no pensar en todo lo que aún tiene que venir pero claramente quiero disfrutar de cada instante.
Esta semana he comenzado a leer un libro que me recomendaron: "Muero por ser yo". Es la vivencia de la autora, Anita Moorjani. Una mujer que vivió un cáncer terminal, llego al coma, pasó a otro plano y regresó con la capacidad de sanarse milagrosamente en pocos meses. El inicio de la lectura se me ha hecho muy dura pues te muestra una situación de sufrimiento al límite. Pero según he ido leyendo, cuando Anita iba explicando como le cambió esta experiencia y cuál había sido la causa de su enfermedad, cada vez me he ido identificando más con ella, me he sentido muy conectada a sus palabras, su vivencia. La emoción se ha apoderado de mí. Para más "causalidades" hemos nacido el mismo día, el 16 de marzo. Es muy fuerte. Al leerlo me ha dado un vuelco el corazón y casi me pongo a llorar.  No sabemos muy bien el porqué pasan estas cosas, de golpe te sientes totalmente identificada con alguien o algo. Es como si su esencia o energía formara parte de ti y tú de ella.
Lo importante, dentro del mensaje de su libro, es aprender a amarse a una misma. Aprender a darnos permiso para recibir. Dar valor a que la vida es el mejor regalo que podemos tener. Entender que todos y cada uno de nosotros tenemos un motivo por el cual estamos en este plano físico, ya que formamos parte de un sistema interconectado donde todos somos elementos primordiales del mismo.

Os paso un link donde explica toda su experiencia y nos brinda un mensaje de vida espectacular: https://youtu.be/EU4J_aERtkI

Pues lo dicho, hay que aprender a amarse y entender que en ocasiones los caminos para conseguirlo no son los más sencillos. Lo importante es estar en el camino, sin prisa pero sin pausa.



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